Un juez colombiano ha condenado a 40 años de cárcel a cuatro militares por la muerte de tres sindicalistas el 5 de agosto de 2004 en el sitio Caño Seco, Saravena, departamento de Arauca, poniendo fin a un caso seguido de cerca por congresistas de Estados Unidos.
El caso fue presentado por los militares como resultado de un combate con guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional pero, según el juez, Jorge Prieto Chamucero, Héctor Martínez y Leonel Goyeneche fueron asesinados en 'estado de indefensión'.
Por eso condenó, en primera instancia, a 40 años de prisión al subteniente Juan Pablo Ordóñez y los soldados profesionales Jhon Hernández, Wálter Loaiza y Óscar Cuta Hernández. El civil Daniel Caballero, que hizo de informante y guía de los militares en la controvertida operación, recibió la misma condena.
Anoche, el Ministerio de Defensa manifestó su pleno acatamiento a la decisión y reiteró el compromiso de la Fuerza Pública con el respeto de los derechos de los trabajadores, según informa el diario 'El Tiempo'.
'Esta decisión ratifica la política del Gobierno de que las actuaciones fuera de la ley serán condenadas. Ratifica la política de respeto por el trabajo de sindicalistas', explicó un portavoz del Ministerio de Defensa, después de conocer el fallo.
Según la sentencia, después de haber asesinado a los sindicalistas los militares comandados por Ordóñez Cañón alteraron la escena del crimen: les pusieron armas en las manos y acomodaron los cuerpos como si hubiera habido un combate.
En el proceso se probó que ese día, a las 5:30 de la mañana, los muertos recibieron entre siete y once tiros de armas largas y que dos de ellos recibieron impactos por la espalda.
Según el expediente, los militares tomaron arena de un río cercano y la echaron sobre un charco de sangre para ocultar que una de las víctimas no murió en el sitio donde apareció el cadáver.
'Existen contradicciones insostenibles entre sus dichos (de los militares) y la prueba pericial, que apoyada en la testimonial da cuenta de que los tres líderes sociales de Arauca fueron insensiblemente masacrados', concluyó la sentencia.
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