El empresario Manuel Macías Moya deberá ingresar en prisión al confirmarle la Audiencia de Barcelona una condena de tres años de cárcel por la muerte de dos obreros durante un accidente laboral ocurrido en el 2003 en la capital catalana. Fuentes judiciales calificaron ayer la pena de "inusual" por su dureza.
El día 29 de julio del 2003, los pintores José Ángel Rejano y Ventura Otero se encontraban subidos en un andamio móvil, a una altura de un cuarto piso, instalado en un patio de luces. Trabajaban a 13 metros del suelo.
Cuando uno de los pintores se disponía a colocar una rejilla o a tapar un agujero, se abocó hacia delante, perdió el equilibrio y cayó del andamio, arrastrando a su compañero, que intentó ayudarle. Se precipitaron al vacío por el lateral izquierdo del andamio, que carecía de barandilla de protección y no reunía ningún sistema contra el riego de caídas. Los trabajadores llevaban cinturones de sujeción, pero sin amarrar.
La sentencia destaca que los trabajadores –uno de ellos no estaba dado de alta en la Seguridad Social– carecían de arnés de seguridad y que el empresario solo les facilitó unos cinturones deficientes.
PATRONAL
Por su parte, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, aseguró ayer que el 50% de los accidente laborales mortales de las estadísticas no son tales. Díaz descartó las muertes por patologías del empleado (un infarto o un derrame cerebral) y las producidas in itínere, cuando se va o se viene del trabajo.
El líder de la CEOE también propuso un sistema que permita sancionar al empleado que incumpla su obligación de prevención de riesgos.
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