Un profesor de Educación Física de la Escuela Universitaria de Magisterio La Inmaculada ha denunciado a la Archidiócesis de Granada, titular de la misma, por haberle despedido alegando que no es capaz de 'evangelizar a los alumnos' ni 'sentir la llamada de Cristo', pese a reconocerle su valía profesional.
El demandante, Josué González, de 27 años, explicó a Efe que a mediados del pasado julio recibió por escrito el cese y la no renovación de su contrato como profesor de Educación Física del centro, del que causaría baja el pasado 30 de septiembre.
Según el profesor, que ha denunciado los hechos en el Juzgado de lo Social, el centro contactó con posterioridad con él por si precisaba de alguna aclaración al respecto, y, al requerir el docente los motivos del despido, recibió la respuesta de que, aunque no tenían 'ninguna queja profesional' de él, la directiva entendía que no cumple el 'nivel de compromiso cristiano' acorde con la Escuela.
'Cuando les pedí que profundizaran sobre los motivos, me dijeron que querían a personas que fueran capaces de evangelizar a los alumnos y de sentir la llamada de Cristo', señaló el profesor, que dice compartir y aplicar en sus clases los 'valores evangélicos'.
En la demanda presentada en el Juzgado de lo Social de Granada, Josué González solicita que su despido sea considerado como 'nulo por discriminatorio', al violar el artículo 14 de la Constitución, habida cuenta de que la extinción del contrato 'es de orden religioso e ideológico', aun cuando la directiva del centro admite que el perfil profesional del demandante es 'idóneo'.
El profesor, que entiende que el argumento esgrimido por la dirección para despedirle 'no es evaluable ni se puede medir', lleva dos años impartiendo clases en el centro, cuyo comité de empresa respalda al demandante, dijo a Efe su secretario, Manuel Moreno.
Moreno, que precisó que ante los tribunales el centro ha alegado que el despido se ha debido a la extinción del contrato, dijo que no es la primera vez que se producen despidos en esta escuela, pero sí que se argumentan en motivos ideológicos o religiosos.
No obstante, el profesor mantiene que su caso ha hecho 'temer' a otros compañeros del centro, donde, dice, 'no se respira la libertad de expresión que había en etapas anteriores'.
El centro La Inmaculada Concepción, cuya dirección eludió pronunciarse para Efe sobre este caso, como ocurrió también con el Arzobispado de Granada, surgió en torno a 1973 de la agrupación de las antiguas escuelas de Magisterio que tenían distintas congregaciones religiosas.
Para poder impartir enseñanzas y expedir títulos, se adscribió a la Universidad de Granada en virtud de un convenio que establece que será el rector quien nombre a los directores pero de entre una terna de docentes propuestos por el arzobispo, según el comité de empresa.
El actual equipo directivo fue designado a la llegada del actual arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez.
Según publica hoy el diario El País, el centro universitario ya fue condenado por dos despidos improcedentes en 2004, cuando Martínez expulsó de la dirección a la congregación Ave María, conocida en la ciudad por su carácter abierto y tolerante.
Desde entonces, según denuncian varios docentes, otros cinco profesores han sido despedidos o prejubilados de manera irregular.
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