Un ciudadano chino ha sido condenado a dos años y medio de cárcel como responsable de un taller clandestino de confección, donde, según el fiscal, sometía a varios compatriotas "sin papeles" a "jornadas draconianas" de quince horas diarias y salarios muy por debajo del convenio en el sector textil.
El juicio, fijado para el próximo día 19, no se celebrará porque el acusado C.W. ha reconocido los hechos y ha aceptado la pena solicitada por el fiscal, que la ha rebajado respecto a los cinco años de cárcel que solicitaba en su calificación provisional, dijeron a Efe fuentes del caso.
Según el fiscal, el procesado, que estaba en situación ilegal en España, "conocía y se aprovechaba" de que sus empleados también carecían de permiso de residencia y trabajo.
Un registro policial en el taller situado en la calle Azorín de Sevilla, realizado el 13 de junio de 2007, descubrió trabajando a catorce ciudadanos chinos, de los que cuatro tenían permiso de residencia pero no de trabajo, y otros tres estaban en situación de estancia irregular.
Según la Fiscalía, el propio secretario judicial y un inspector de trabajo que acompañaron a la Policía constataron las "condiciones draconianas de trabajo, con jornadas que comenzaban a las 10 horas y concluían a la 1.00 horas del día siguiente, hacinamiento, falta de ventilación y de iluminación adecuada, extintores que no funcionaban y vías de salida no expeditas".
Además les pagaba "salarios muy por debajo del fijado en los convenios del sector textil", por lo que la Fiscalía le imputó un delito contra los derechos de los trabajadores.
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