Un juez estadounidense que envió a 46 personas a prisión porque un teléfono móvil sonó durante una audiencia fue separado de su cargo por una comisión de disciplina, informó el miércoles una fuente judicial.
El 11 de marzo de 2005 en el tribunal de la ciudad de Niagara Falls (Estado de Nueva York, noreste de Estados Unidos), el juez Robert Restaino presidía la audiencia de seguimiento de un programa contra la violencia familiar, donde los participantes debían presentarse semanalmente durante seis meses, en general sin sus abogados.
Tras poco menos de una hora de iniciada la audiencia, sonó un móvil entre el público, donde esperaban los participantes del programa. Furioso, el juez exigió que el propietario del objeto del delito se identificara, amenazando con anular el control judicial de todos los presentes.
Nadie se declaró culpable y el juez llevó a cabo su amenaza: ordenó el encarcelamiento de las 46 personas, una por una. Muchos de los detenidos fueron liberados bajo fianza tras unas horas en la prisión municipal, pero 14 de ellos no pudieron pagar la cifra requerida y fueron enviados a la cárcel del condado.
Al final de la tarde del mismo día, cuestionado por la prensa local, el juez Restaino revisó su decisión y puso en libertad a los 14 prisioneros.
El martes una comisión disciplinaria ordenó la expulsión de Robert Restaino por "un abuso de poder judicial monumental y sin precedentes".
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