El Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE) ha dado la razón a Sharon Coleman, una madre británica de un hijo con discapacidad que denunció a su empresa porque la despidió por sus responsabilidades como cuidadora del pequeño, según informa el diario The Guardian. Uno de los abogados generales del tribunal europeo ha considerado que ha existido discriminación laboral por sus labores como cuidadora familiar y, por lo tanto, es aplicable la directiva europea para la igualdad de trato en el empleo y la ocupación de 2000, en respuesta a la consulta del tribunal laboral británico que llevaba el caso.
Si la decisión es confirmada por una sentencia del TJCE, lo que suele ocurrir en el 80% de los dictámenes de sus abogados generales, podría beneficiar a todas aquellas personas que combinan su responsabilidad como cuidadores con su trabajo por cuenta ajena en la Unión Europea.
El bufete de abogados para el que trabajaba Coleman como secretaria se negó a flexibilizar el horario laboral de la trabajadora para que pudiera atender a su hijo con discapacidad auditiva y problemas respiratorios severos de nacimiento, y le obligó a causar baja voluntaria en 2005.
Asimismo, Coleman añadió que su empresa no le ofrecía las mismas facilidades que a otros empleados con hijos, a los que permitía trabajar desde casa o tomar tiempo libre para llevarles al médico.
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