Si un barco se hunde en las aguas bravas del mercado económico, todos los dedos acusadores apuntan al que maneja el timón. Los altos directivos de las grandes empresas, conscientes de ello, están solicitando en tromba asesoramiento jurídico para encauzar las consecuencias contractuales de su naufragio empresarial. Así lo han constatado las boutiques legales especializadas en alta dirección, que en lo que va de año están tramitando con asombro un torrente de casos por conflictividad con la empresa. Firmas como Estudio Jurídico Vizcaíno Casas, que llevaba unos 100 asuntos al año, ha pasado a asesorar desde enero de 2008 un total de 70. ¿La razón subyacente? Una vez más, la desaceleración económica. “Hay pavor por los despidos”, explica Fernando Vizcaíno de Sas, socio director de este bufete. Y sentencia: “Van a rodar muchas cabezas, especialmente en el sector de la construcción y el financiero”.
Otros bufetes especialistas en la materia verifican esta situación y apuntan que no ven tal cantidad de casos desde la crisis del 94. Gómez Hinojosa & Asociados aporta datos reveladores: en los dos últimos meses se han cuadriplicado el número de litigios. “Estamos sorprendidos por el incremento de asuntos —alerta Antonio Gómez, socio director de esta firma— y como continúe a este ritmo, será alarmante”. Berriatua, otra de las pocas boutiques que existen en España dedicadas en exclusiva a la alta dirección, también confirma esta tendencia. El año pasado dieron cobertura legal a 23 casos y, en lo que llevamos de año, ya han asesorado a ocho. Los gigantes legales, a pesar de que se postulan como despachos de empresa y no de directivos, han experimentado crecimiento, aunque no tan acusado como las boutiques especializadas. Este periódico ha preguntado a grandes expertos en Derecho Laboral, como Garrigues, Cuatrecasas, Uría Menéndez y Sagardoy, y todos constatan que la conflictividad entre los consejos de administración y los altos cargos ha aumentado. Sagardoy, por ejemplo, acostumbrado a llevar cinco asuntos de esta naturaleza al mes, sólo en enero ha doblado la cifra y su socio director, Íñigo Sagardoy, prevé que se incrementará durante 2008.
Esta irrupción de casos confirma, según los expertos, que el estatus de muchos empresarios va a verse modificado indefectiblemente. Reducciones de bonus, rescisión de cláusula de blindaje, cambio en el módulo salarial a efectos indemnizatorios y, en el peor de los casos, extinciones de contrato. La casuística que están llevando los despachos es enorme, pero el trasfondo que predomina es uno: hay miedo a la crisis. “La afloración de este tipo de consultas siempre suele preceder a épocas de recesión económica”, explica Gómez. Y Vizcaíno de Sas añade: “No hemos llegado a la fase aguda, pero que los altos directivos estén preocupados por su situación significa que la crisis se acerca”.
Finanzas y construcción, en la diana
Finanzas y construcción. Todos los expertos preguntados coinciden en señalar que los altos cargos de estos dos sectores son los que mayor preocupación están mostrando por sus situación contractual. Despidos internacionales tan sonados como el del presidente ejecutivo de Citigroup, Charles Prince, amenazan con repetirse en España. "El mayor número de casos proviene de estas empresas. De hecho, actualmente estamos tramitando ocho despidos de compañías financieras", señala el socio director de Estudio Jurídico Vizcaíno Casas. El abogado Antonio Gómez también destaca el sector servicios, industria y hostelería y su colega Javier Berriatua explica que también ha recibido muchas consultas de directivos de empresas de sistemas informáticos. Todas estas compañías son mayoritariamente medianas y grandes empresas. "Cuanto más grande eres, más gastos tienes y más tienes que recortar", concluye Vizcaíno.
Irina Moreno
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