Los Mossos d’Esquadra han imputado a dos trabajadores de la planta de Seat en Martorell (Barcelona) un presunto delito de tráfico de drogas, tras sospechar que algunos empleados estaban llevando a cabo esta actividad ilícita en las instalaciones de la fábrica catalana, confirmaron a Europa Press fuentes policiales. Ambos fueron inmediatamente despedidos por la filial de Volkswagen. Estas fuentes confirmaron que, además de los dos imputados por tráfico de hachís "en cantidades menores", se interrogó a otros tres trabajadores de la factoría, a quienes los agentes no imputaron ningún delito y que también fueron despedidos, según confirmó la empresa.
El secretario general de la sección sindical Intercentros de CC.OO. de Catalunya, Manuel Gálvez, lamentó en declaraciones a Europa Press que la empresa "se haya saltado el código de conducta laboral" despidiendo a los tres trabajadores a quienes los Mossos no imputaron ningún delito "sin tener en cuenta la presunción de inocencia".
"Los ha metido a todos en el mismo saco", criticó, y añadió que el sindicato "no quiere defender a nadie que haya incumplido la ley, sino protestar por unos despidos abusivos basados en hechos sin probar".
Gálvez insistió en que Seat "se saltó el procedimiento" que rige el cumplimiento de las normas de conducta de sus empleados y que, según puntualizó, prevé en el artículo noveno que, en caso de consumo de drogas "como dice la empresa en esos tres casos", la amonestación sea "una suspensión de empleo y sueldo durante 20 días por una falta grave".
Un portavoz de la empresa en Martorell confirmó a Europa Press que la dirección había procedido a realizar cinco despidos al descubrir que habían "transgredido el código de conducta", con lo que la compañía calificó de "falta muy grave".
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