Para la mayoría de las personas, meterse en un juicio no se encuentra entre las preocupaciones cotidianas, o al menos no dentro de lo que supone el día a día, por lo que no suelen prestar mucho interés en estos temas. Para otras personas los juicios pueden suponer algo que debe evitarse a toda costa, y llegar a negociaciones rápidas de la forma que sea, en parte por los molestos trámites judiciales que supone un procedimiento, como son las declaraciones, comparecencias en tribunales, montañas de papeleos, datos electrónicos y honorarios de los abogados y procuradores. Pero cuando la persona o su empresa se ven perjudicados, o incluso yendo más allá, si el bienestar de los empleados, accionistas o clientes están en peligro, en esos casos solo existe una solución y es ir a juicio y proteger los intereses tanto propios como los de sus clientes, proveedores o todos aquellos que dependan de la actividad de la empresa.
El 2021 traerá un incremento notable de litigios
El 2021 traerá un notable incremento de las contrataciones de servicios de detectives, si se tiene en cuenta la crisis económica en ciernes y la delicada situación de la empresas, los litigios tanto laborales como civiles se dispararán, y muchas empresas recurrirán a los detectives para poder obtener las pruebas que precisen.
Ir a juicio sí, pero con pruebas de detectives privados
A la hora de ir a juicio, además de una cobertura legal, como supone la contratación de un buen despacho de abogados, también es necesaria la participación de otro profesional, que no se tiene en cuenta muy a menudo pero que resulta determinante. Se trata del detective privado, que lejos de los estereotipos que se achacan a esta profesión: «Los detectives son profesionales con una formación universitaria completa y específica para la obtención de pruebas. Este profesional suele ser contratado previamente a la realización de un juicio, para la obtención de pruebas judiciales que acrediten suficientemente aquellos hechos o conductas privadas de especial relevancia en la demanda o en la oposición a esta».
El profesional después de una evaluación adecuada de la necesidad del cliente y de la legitimidad del encargo, ofrece unos servicios que pueden llegar a ser de crucial importancia en el resultado del juicio.
Los detectives privados son especialmente útiles en temas relacionados con el fraude empresarial. Un director, empleado, proveedor, accionista o un competidor, pueden realizar mucho daño especialmente si realizan actividades deshonestas contrarias a la empresa. Para cuando un abogado entregue las demandas y el sistema judicial empiece a funcionar, el dinero puede seguir perdiéndose, los secretos comerciales o la información confidencial se puede divulgar o vender y los correos electrónicos incriminatorios se pueden eliminar. Por esa razón, la tarea de los detectives privados puede resultar esencial para tomar medidas inmediatas. No solo por obtener pruebas de vídeo o pruebas eventuales que no pueden volver a repetirse, sino que las reportan en un informe completo que puede permitir acciones inmediatas por parte del juez.
Las investigaciones relacionadas con los perfiles de redes sociales es un campo de actuación donde los detectives privados demuestran estar experimentados en la obtención de pruebas de forma legal apoyados por una ley de seguridad privada que regula la actividad y a su vez un profundo conocimiento en la legislación relacionada con la protección de datos de carácter personal. Aunque lo más característico son los seguimientos y las vigilancias con el fin de rastrear las actividades de comerciales o representantes, o controlar la actividad que pudiera realizar un trabajador en periodo de baja por incapacidad temporal.
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