Las desvinculaciones laborales sorpresivas pueden darse por diversos motivos y es normal que nos sintamos mal ante ello. Los seres humanos presentamos resistencias naturales al cambio porque nos incomoda abandonar nuestros hábitos, peor aún si estos vienen acompañados por la incertidumbre de cómo será nuestro futuro laboral.
El miedo, la incomodidad y la incertidumbre son emociones que nos secuestran en esos momentos y pueden llegar incluso a paralizarnos.
En esos casos debemos impedir que esas emociones se instalen. Es nuestro deber gestionarlas con la intención de dejar las frustraciones atrás, y proyectarnos de una vez hacia el logro de un objetivo profesional mucho mejor.
¿Qué hacer para sobreponernos y avanzar hacia un nuevo objetivo profesional? La consultora asociada de LHH DBM Perú, Tatiana Parodi, nos otorga algunas recomendaciones.
1.- No bloqueemos nuestras emociones. Las emociones no son buenas o malas en si mismas. Lo mejor es observarlas, reconocerlas y aceptarlas, pues estamos ante una forma natural de responder a ciertos estímulos.
2.- No permitamos que las emociones que nos generan incomodidad o pérdida de energía se instalen en nuestro sistema. ¡Gestionémoslas!. Para ello, busquemos apoyo en personas que puedan darnos una mirada positiva de lo ocurrido, que conozcan nuestra trayectoria y sean capaces de ayudarnos a proyectar un futuro mejor.
3.- Iniciemos el proceso de transición a la mayor brevedad. No hay tiempo que perder, pero sí mucho por trabajar. Debemos reemplazar la inacción por la realización de actividades que aporten en el desarrollo de un nuevo proceso, marcando un rumbo hacia el cual orientarnos.
4.- Dejemos atrás el pasado. Lo que sucedió podría ser lo mejor que nos haya podido pasar. Pensemos en todo lo bueno que nos dejó: aprendizajes, logros, esfuerzos desplegados y alegrías compartidas. Revivamos las experiencias que aportan sensaciones positivas y comentémoslas con otros.
5.- No estamos iniciando nuestra carrera de cero. Esta experiencia de cambio también forma parte de nuestra trayectoria profesional. Es el momento de replantear objetivos, fortalecer valores, recordar éxitos y retomar la confianza en uno mismo.
«Enfóquese en sus decisiones, y verá cómo deja atrás la desidia, los temores y las incomodidades. Tenga un plan hacia el logro de una nueva meta que seguro llegará acompañada de grandes satisfacciones. Póngale entusiasmo», señala la especialista.
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