La reforma tributaria, ahora en fase de proyecto de ley, tiene como objetivo modernizar el sistema tributario para impulsar el ahorro, la inversión y la competitividad de las empresas. España es el quinto país de la UE con un tipo marginal en el IRPF más elevado (52%), ocupa el puesto séptimo en el impuesto sobre sociedades. Tras la reforma tributaria que aprobará el Gobierno y que entrará en vigor a partir de 2015 en dos fases, España dejará de estar en el top ten de los países europeos con tipos impositivos directos más elevados. Como consecuencia de la reforma fiscal, el Gobierno espera un crecimiento adicional del PIB español del 0,55% en 2015-2016. Ello lo situará por encima de la media de la UE.
En el caso del IRPF, los contribuyentes tendrán más renta disponible en los bolsillos a partir de enero de 2015, lo que favorecerá el consumo. La bajada de impuestos implicará una rebaja media del 12,5% en la cuota a pagar por los contribuyentes.
En el Impuesto sobre Sociedades, habrá también una rebaja del tipo general de gravamen, del 30% al 25%, adecuándolo a la media UE. Las pymes podrán reducirlo aún más, hasta el 20%. Los emprendedores y empresas de nueva creación tributarán al 15% durante los primeros años. Además, se aprobarán medidas para mejorar el saneamiento financiero de las empresas y reducir su exceso de endeudamiento. Se podrá reducir la base imponible del impuesto en un 10% a través de una reserva de capitalización que sea destinada a incrementar los fondos propios. Con ello, se favorece el ahorro empresarial. La reforma incluye incentivos a sectores como la industria y las actividades relacionadas con I+D+i, además de una simplificación en la regulación de las operaciones vinculadas en empresas multinacionales.
Los comentarios están cerrados.