Randstad ha llevado a cabo un estudio sobre la evolución de los procesos de outplacement, también denominados de recolocación o de transición de carrera. Los programas de recolocación son procesos de acompañamiento para los profesionales que, por circunstancias diversas, se ven obligados a desvincularse de las empresas. Con estos programas se les ayuda a mejorar su empleabilidad y reincorporarse al mercado laboral en el menor tiempo posible.
Randstad destaca que durante el pasado 2021, un año especialmente convulso en términos de empleo, los profesionales inmersos en programas de recolocación tardaron una media de cuatro meses en encontrar un nuevo empleo, cuatro y medio en el caso de los que lo hicieron a cuenta ajena.
Datos que contrastan con los casi seis meses de media que tardaban los profesionales en recolocarse en 2020 y con los 14 meses de media que según el INE tardan de media los españoles en encontrar un trabajo.
“Estos datos, sin duda positivos, nos indican que los programas de outplacement dan buenos resultados, hemos conseguido los índices de recolocación más altos de nuestra historia incluso con un contexto complejo como fue el año 2021. Otra buena noticia es el índice de satisfacción de los participantes, casi 9 de cada 10 recomiendan nuestros servicios”, asegura Helia Tellez de Meneses directora de Randstad Transición de Carreras.
Siete de cada diez trabajadores en un programa de outplacement encontró un trabajo mejor
El 85% de los que se recolocaron lo hicieron con un contrato indefinido o temporal de larga duración, mientras que el 70% logró un puesto de trabajo con similares o mejores condiciones de las que tenía.
En cuanto a los resultados generales, un 94% de los participantes en un programa de recolocación encontró una solución satisfactoria, y un 75% logró un nuevo puesto de trabajo antes de finalizar el programa.
El perfil del participante está bastante equilibrado entre hombres y mujeres, siendo la edad media de 44 años, ya que la mayoría se encuentra entre los 30 y los 45 años, y los 46 y los 55 (35%).
A nivel profesional, aproximadamente la mitad son técnicos cualificados o mandos intermedios, un 42% administrativos y operarios, y un 8%, directivos. La mayoría de los profesionales (68,3%) procedieron de Madrid y Barcelona, repartiéndose el reto por la geografía española con mayor concentración en Comunidad Valenciana, Cataluña y País Vasco.
Más de la mitad de los programas (57%) tuvieron una duración de un año, seguidos por los de seis meses (39%) y los de tres (4%), algo que también destaca con respecto a otros años, cuando la duración más habitual era de seis meses. El comportamiento en 2021 se vincula sobre todo a negociaciones colectivas en algunas empresas donde la parte social, debido al contexto de incertidumbre, ha exigido programas más largos.
Los beneficios de los programas de outplacement
Este tipo de programas tiene ventajas tanto para los profesionales como para las empresas que los ofrecen a los empleados que desvinculan. De hecho, los trabajadores cuentan con apoyo emocional en un proceso de cambio que nunca es sencillo, se ven empoderados, ya que les permite identificar sus puntos fuertes y reconstruir su marca personal, y reduce el periodo de inactividad del profesional.
Por otro lado, a las empresas, ofrecer estos programas a los empleados que desvincula les permite cuidar del talento hasta el final, tener una marca empleadora más atractiva y poder vincular el cuidado de sus empleados a una responsabilidad social corporativa acorde a lo que exigen clientes y empleados.
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