El 75% de las empresas españolas apenas invierte en formación

RRHH Digital La consultora de formación IFAES ha publicado el Barómetro IFAES 2013 de la formación profesional en España con el objetivo de tomar el pulso al mercado y conocer las tendencias y retos futuros a los que se enfrentan las empresas privadas respecto de la formación y del desarrollo de sus colaboradores.

Según los resultados arrojados por dicho barómetro el 75% de las empresas encuestadas invierte menos del 1% de su masa salarial en formar y desarrollar a sus colaboradores. Este porcentaje es considerablemente inferior al de países vecinos como Francia, donde la media se sitúa en el 2,9%. En opinión de Laurent Etcheverry, director general de IFAES, “tal y como se indica en el barómetro, varias pueden ser las causas subyacentes a este hecho: el retraso histórico de España respecto de los beneficios sociales, la ausencia de un marco jurídico que obligue a las empresas a invertir un mínimo anual en acciones formativas, o la menor concienciación por parte del tejido empresarial español de la necesidad y la importancia de formar y desarrollar a los colaboradores como un pilar del éxito global de la organización”.

Además, tan sólo el 27% de las empresas ha aumentado la cantidad anual fijada para formación y desarrollo durante los dos últimos años. Si bien es cierto que el 45% afirma mantener el mismo presupuesto, este dato puede interpretarse como una estabilización de los recortes sufridos en los departamentos de formación desde el inicio de la crisis económica.

Nuevas tecnologías y formatos

La introducción de nuevas tecnologías y recursos en línea (módulos e-learning y aulas virtuales) parece ganar terreno en las acciones de formación. El 64% de los responsables de formación afirma utilizar actualmente formatos e-learning o a distancia, e igual porcentaje asegura que ésta será una de las tendencias en el futuro inmediato.

Las nuevas tecnologías ofrecen una doble ventaja a los responsables de formación: por un lado, contribuyen a maximizar el presupuesto de formación y por otro, suponen un valor añadido a la oferta formativa al plantear un formato novedoso y atractivo a los colaboradores.

Sin embargo, a pesar de las numerosas ventajas de los formatos en línea los responsables de formación tienen ante sí el reto de saber gestionar las nuevas tecnologías para no caer en la inefectividad e inoperancia. “Los formatos e-learning no son una solución mágica. De hecho hemos visto en el barómetro que el 93% de las empresas opta por formatos presenciales cortos”, asegura Etcheverry. “Hay que tener en cuenta que el impacto de unas sesiones presenciales donde el participante está predispuesto a la formación, donde puede resolver sus dudas en el momento y debatir e intercambiar experiencias con el formador experto y con otros colaboradores es difícilmente equiparable al impacto que puede tener un módulo e-learning, sin dejar de destacar los innumerables beneficios de éste, como la flexibilidad que aporta y su complementariedad a la formación presencial”.

Impacto de la formación

Para Laurent Etcheverry una de las asignaturas pendientes de los responsables de formación profesional en nuestro país sería “diseñar acciones formativas con mayor impacto en la organización y poder medir el retorno sobre la inversión de las mismas”.

De hecho, muchas empresas se han mostrado preocupadas por que la formación contribuya de verdad a despertar conciencias, a cambiar modos de trabajar, a insuflar motivación en los equipos y a alcanzar los objetivos de la empresa. Sin embargo, el 71% de las empresas privilegiará en el futuro formaciones de corta duración (entre 1 y 2 días) y entendiendo éstas como formaciones aisladas, el impacto de la formación es limitado y apenas puede tener permanencia en el tiempo.

Además, el 69% de los encuestados afirma evaluar los resultados inmediatamente después de finalizar la acción formativa, lo que supone que la evaluación se limita a los niveles 1 o 2 de Kirkpatrick y Phillips (satisfacción y adquisición de conocimientos), y que apenas se presta atención a medir el impacto en la organización y su retorno sobre la inversión.