RRHH Digital Desde su nacimiento, Internet siempre se ha presentado como un campo sin reglas en el que las normativas sobre propiedad intelectual no tenían validez. La realidad ha confirmado muchas veces esta creencia, y hoy, un alto porcentaje de los contenidos que podemos encontrar en la red es producto del plagio. De hecho, actualmente la copia de contenidos es uno de los mayores problemas de la red. La mayoría de expertos y empresas del sector de la propiedad intelectual online consideran que para el próximo año el nivel de plagio de contenidos digitales alcanzará el 63%. El crecimiento ha sido muy rápido en los últimos años: en 2005 apenas era del 25%.
En el sector educativo, el porcentaje de alumnos que utiliza contenidos de otros a la hora de realizar trabajos de diferente tipo es muy importante. Diferentes estudios realizados entre estudiantes universitarios en nuestro país entre 2008 y 2011 indican que aproximadamente 7 de cada 10 alumnos encuestados admitían haber copiado fragmentos de textos o textos completos al menos una vez durante sus estudios universitarios. Algún estudio sitúa el “ciberplagio” hasta en el 90%.
En Estados Unidos, los datos son similares. Una encuesta a 14.000 estudiantes preuniversitarios, da como resultado que el 66% de los encuestados reconocieron que plagiaban contenidos. Un estudio realizado años antes –concretamente en 2009- en este caso entre estudiantes universitarios, rebelaba que el 82% de los alumnos reconocían haber copiado contenidos de Internet durante sus años de bachillerato.
Asimismo un análisis realizado sobre 35 millones de trabajos entregados entre 2010 y 2011 por alumnos de distintas universidades mostraba que entre el 14% y el 20% de los contenidos eran producto de plagio. Además, aparecían 128 millones de fragmentos de texto no originales y 3,7 contenidos plagiados de media por alumno. Es más, el 53% de los alumnos consideran que el plagio es algo natural y no le dan demasiada importancia.
Entre las justificaciones más habituales para copiar en Internet están la obtención de mejores calificaciones académicas, la pereza, la facilidad y comodidad que permite Internet, una mala gestión del tiempo dedicado al estudio y a la elaboración de trabajos académicos, desconocimiento de las pautas básicas para la elaboración de un trabajo académico, e incluso la creencia de que muchos trabajos no los leerá el profesor por falta de tiempo.
“El plagio de contenidos sin permiso es un problema muy importante, y por eso las instituciones educativas deberían poner freno a esta situación de una manera firme y rápida. Para ello, lo mejor es crear una cultura de integridad académica, que permita que los alumnos entiendan la trascendencia de respetar los contenidos originales de otras personas”, ha explicado el CEO de Digital Media Rights (http://dmrights.com), Jesús Hurtado Barrero.
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