La regulación de la educación en España cuenta con dos grandes sectores: la de los estudios obligatorios y la de aquellos que son voluntarios y se pueden acometer o no según las expectativas profesionales de cada persona.
Dentro de la educación obligatoria están los cursos de infantil y primaria y, posteriormente, el Graduado en ESO. La también llamada Educación Secundaria Obligatoria es un ciclo de cuatro años que, en la actualidad, se imparte a los menores de entre 12 y 16 años.
Sin embargo, no todas las personas cuentan con esta titulación. Bien por ser mayores o bien por no implicarse en los estudios en este momento, hay un porcentaje de población que no tiene este título.
Esto es un grave problema a futuro, ya que no tener el graduado en la ESO puede ser un gran obstáculo a la hora de encontrar trabajo, seguir estudiando o presentarse a oposiciones para ser funcionarios públicos.
Por eso, cada vez más personas piensan en retomar los estudios y conseguir este diploma a través de algunas de las herramientas que ofrece el estado en la actualidad: escuelas de adultos o pruebas libres para la obtención del título.
Con esto, muchísimas personas han conseguido dar un giro a sus vidas y mejorar su situación laboral o cumplir sus sueños de estudiar, incluso, una carrera universitaria.
Motivos para tener el título de la ESO
Como hemos señalado, la obtención del título de la ESO está hoy en día bastante más normalizado que hace un par de décadas. Esto hace que sea uno de los criterios mínimos para cualquier otro proceso formativo o incluso para acceder a las convocatorias de empleo público.
¿En qué escenarios es probable encontrarse con esa “Titulación Secundaria Obligatoria” como requisito mínimo? Estos son los tres escenarios más habituales.
Convocatorias de empleo
El título de ESO es una garantía de que el candidato al puesto de empleo cuenta con unos conocimientos mínimos de escritura y lógica matemática, entre otros. Por eso, cada vez son más las empresas que indican este criterio como mínimo para hacer su selección de personal.
Por supuesto, no es obligatorio tener la ESO para trabajar, pero no disponer del título sí que puede limitar el acceso a ciertos puestos.
Seguir estudiando
La ESO es el paso previo para los estudios de Bachiller y la carrera y, por otro lado, para acceder con más garantías a los cursos de formación profesional. Esto no hace más que dirigir a las personas hacia un perfil profesional más interesante y con mayores posibilidades de encontrar un trabajo mejor pagado y estable.
Acceso a las oposiciones
Incluso para entrar en el ejército como soldado raso se exige, hoy en día, el título de Graduado en la ESO. Y es que de otro modo sería ilógico; si es el Estado el que promueve una educación mínima obligatoria, este debe ser un criterio exigible para cualquier oposición de empleo público.
Estos son solo algunos de los motivos que mueven a las personas que no han tenido la suerte de finalizar su formación en su momento a luchar por sacarse el Graduado en ESO a través de las dos vías disponibles en este momento.