La Formación Profesional en España está experimentando un crecimiento sin precedentes, especialmente desde la implementación de la nueva normativa que incluyó, por ejemplo, la dualidad en todos los grados, combinando la formación en el centro educativo con prácticas en empresas del sector. A pesar de la creciente demanda y el éxito de la FP en la empleabilidad, así como del empuje económico recibido por esta modalidad formativa, la falta de plazas públicas sigue siendo un desafío y deja en el limbo a miles de jóvenes españoles.
Un reciente informe presentado por CCOO revela que, a pesar de la inversión económica en Formación Profesional en España, un número creciente de estudiantes no logra asegurarse una plaza pública, lo que ha llevado a más de 300.000 jóvenes a inscribirse en centros de FP privados. Este fenómeno, que se da a nivel nacional, demuestra una brecha significativa entre la oferta pública y privada en FP. Los datos muestran que el alumnado matriculado en centros públicos de FP creció solo en 11.741 personas, mientras que en los centros privados aumentó en 36.774 personas. Esto sugiere que la demanda no está siendo satisfecha por la creación de nuevas plazas públicas: actualmente el 68,9% del alumnado matriculado en Formación Profesional estudia en centros públicos, 752.606 personas, mientras que el 31,1% (339.711 personas) lo hacen en la privada.
Jóvenes que se ven en jaque por tener que elegir entre endeudarse, postergar o abandonar su futuro académico, al menos el deseado. Pero quedarse sin plaza pública para estudiar Formación Profesional parece la tónica general en los últimos tiempos y considerando que la demanda no deja de aumentar por las grandes salidas profesionales de una FP, por qué demonizar la alternativa privada.
Centros de FP privados: una solución que no todos pueden permitirse, ¿o sí?
Al igual que las tasas universitarias, el coste por estudiar una Formación Profesional en un centro público varía en función de la Comunidad Autónoma en la que se matricule el estudiante. Los afortunados que consiguen plaza en cualquier centro público de comunidades como Madrid o Cataluña, pagan una tasa de escolarización de 400 euros. En los centros de FP privados, aunque se manejen montantes superiores a este importe y varíen según modalidades (presencial, semipresencial y online), los alumnos también pueden beneficiarse de las becas estatales a la educación postobligatoria (equivalente a un 60% del coste), donde el Real Decreto 154/2022 por el que el Ministerio de Educación y Universidades habla de «compensación» o de «que ningún estudiante abandone sus estudios por motivos económicos, asegurando así la cohesión social y la igualdad de oportunidades».
En este sentido, hablamos de una diferencia asumible, equivalente a un café diario o a un abono transporte mensual en ciudades como Madrid, y en la gran mayoría de los casos, se ofrecen facilidades de pago para fomentar el éxito académico de los aspirantes porque los centros privados pueden permitirse esta estructura de negocio, así como la opción de estudio modular incluida por la nueva legislación, cuyo coste sería aún más flexible. Además, la FP privada tiene una ventaja adicional: permite a los estudiantes cursar la titulación que realmente deseen, sabiendo antes de verano que tendrán plaza 100% asegurada, frente a un programa de preinscripción en la pública que en algunas comunidades no garantiza nada.
Fran Gallardo, Socio y Fundador de FP Pro, nos comenta al respecto: «lamentablemente, en España, muchos alumnos y alumnas se ven obligados a realizar sacrificios significativos, como largos trayectos en transporte público, como coste adicional al económico por esa plaza pública. Esta situación evidencia la necesidad de un sistema que informe sobre las alternativas y se apoye en la educación privada como una opción accesible para todos los estudiantes. Además, debemos tener en cuenta que la FP privada ofrece diferentes modalidades que se adaptan 100% a las necesidades de los estudiantes, pudiendo estudiar en formato presencial, semipresencial u online».
El futuro de la Formación Profesional en España está en juego, y es esencial abordar la problemática de falta de plazas en la FP pública en las diferentes Comunidades Autónomas para asegurar las oportunidades educativas para todos los estudiantes. Apoyarse e informar sobre la alternativa privada en esta modalidad formativa resulta fundamental, y una forma de resolver el desafío al que se enfrenta el país para tener un tejido productivo fuerte y formado.
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