La Formación Profesional se ha convertido en una palanca para el impulso de la empleabilidad y la transformación económica y del capital humano. Los beneficios que reporta la FP empujan cada vez a más los jóvenes a estudiar un ciclo formativo, no solo a nivel nacional, sino en el ámbito europeo. Según la Oficina de Estadística de la Unión Europea, Eurostat, el 48% de los alumnos de Educación Secundaria Superior, lo que rondaría los 22 millones, se decanta por realizar estudios de Formación Profesional. Además, el paro entre los titulados de FP en España es menor a la media global, un 13,5% frente al 14,9% en 2021, de acuerdo con el Observatorio de la Formación Profesional de Caixabank Dualiza.
De cara a avanzar en este 2023, el centro educativo de FP Cesur recoge los retos que la Formación Profesional tiene por delante:
- Prosperar en línea con los designios de la Unión Europea: Europa se ha fijado objetivos para progresar en el desarrollo de una Formación Europea de calidad de aquí al 2025. Entre ellos, cabe mencionar la meta de que, al menos, un 82% de los titulados de EFP consiga empleo. Los estados miembros ya han apoyado la Declaración de Osnabrück, que se compromete a trabajar en el acceso a la educación y formación profesional como un derecho fundamental. España, con la vista puesta en las directrices europeas, avanza en su hoja de ruta para consolidar una Formación de calidad, inclusiva, que impulse la integración laboral, y promueva una habilitación continua en un mercado cambiante que demanda profesionales cualificados.
- Adaptación a las reformas legislativas: Los cambios sociales y demográficos, y la transformación que vive el mercado con la irrupción de la digitalización han hecho necesario un replanteamiento de la normativa de FP en aras de contribuir al fortalecimiento y consolidación de la formación profesional como pilar clave para el sistema educativo. En este contexto, el pasado 21 de abril de 2022 entró en vigor la nueva Ley de Ordenación e Integración de la Formación Profesional con novedades significativas que nos conducen a dar respuesta a los retos de la FP y, al mismo tiempo, a dotarla de un enfoque innovador, inclusivo y sostenible, con garantías de calidad, en línea con las directrices europeas.
- Reducir el abandono temprano educativo y aumentar la orientación: España aún se encuentra por debajo de la media europea en cuanto al número de alumnos de Educación Secundaria Superior matriculados en programas de FP, con una cifra del 34%. A ello se une la meta de frenar la tasa del 13,3% de abandono educativo temprano de personas de 18 a 24 años, según datos de la Encuesta de Población Activa de 2021. El objetivo europeo marca reducirlo al 9% para 2030. La orientación jugará aquí un papel fundamental para apoyar a los estudiantes a escoger el ciclo formativo que mejor case con sus expectativas y preferencias con el fin de evitar abandonos anticipados. Este acompañamiento no solo ayudará a la integración laboral del público joven, sino que promoverá el reciclaje y actualización de los empleados que buscan nuevas oportunidades en un mercado laboral en constante evolución. Otro elemento que será positivo, en este sentido, es la facilitación de las acreditaciones de habilidades de los profesionales, que supondrán un trampolín laboral para las personas que posean competencias, pero requieran una titulación oficial.
- Luchar contra la brecha digital con el impulso de las competencias digitales: La adquisición y aprendizaje de competencias digitales se han convertido, hoy en día, en una de las soluciones fundamentales para cubrir la alta demanda de empleo de nuevos talentos digitales. En este aspecto, resulta primordial combatir la brecha digital con el fin de permitir el desarrollo individual en habilidades tecnológicas y su consecuente integración profesional. La ruptura de la brecha salarial promoverá, al mismo tiempo, un enfoque más igualitario y generará nuevas salidas profesionales para los empleados que se han quedado estancados, para colectivos que se encuentren en riesgo de exclusión sociolaboral, o para aquellos que aspiran a adaptarse con resiliencia a las novedades de la economía digital.
- Apuesta por la FP Dual y las prácticas profesionales: Las prácticas profesionales, un elemento que está en el ADN de la FP, continuarán siendo un pilar importante para el sector educativo. La apuesta firme por la modalidad de Formación Profesional Dual, con un aumento de horas de formación empresarial traerá, a su vez, mejoras en la colaboración del sector educativo con el ámbito corporativo y supondrán para el alumno un vínculo directo con la realidad de los mercados.
- Alianzas con otras entidades y administraciones públicas: Para conseguir avances a todos los niveles, los centros educativos especializados en Formación Profesional deben ir de la mano de las administraciones públicas, y contar con los recursos adecuados, tanto docentes como humanos, así como reforzar las alianzas con el mundo empresarial para hacer posible una FP de calidad, más sostenible y adaptada a la transición digital. En este camino, también será primordial conocer de cerca cómo respira el mercado y las necesidades del tejido productivo para facilitar la incorporación del alumnado a los perfiles que demandan las empresas.