¿Te sientes atrapado en una rutina laboral monótona y aburrida? ¿La falta de innovación en el trabajo te causa desgana? ¿La repetición constante, día tras día, de tareas interminables y tediosas, te ha hecho considerar cambiar de profesión? No serías el primero ni el último en sentirte así. La sensación de estar «estancado» en nuestra carrera profesional es una aflicción universal que está empeorando con el paso del tiempo.
Según un informe del 2022 elaborado por el Foro Económico Mundial (FEM), la crisis laboral es la mayor amenaza para España, que actualmente lidera el mayor nivel de paro en la Unión Europea con una tasa de 14,1%. Este acontecimiento está correlacionado con la gran desmotivación laboral que predomina en el país, que a su vez transparenta un inmenso nivel de insatisfacción profesional del sector laboral. Este dato es corroborado por la Guía del Mercado Laboral 2022 de Hays, que estima que un 54% de los españoles no están satisfechos con su situación laboral.
He aquí cuando nos aproximamos al punto de inflexión, en el que nuestro rumbo puede seguir uno de dos posibles caminos: podemos darnos por vencidos y mantener el statu quo, o podemos vencer esta inercia e invertir en nuestro desarrollo personal y potenciar nuestra carrera profesional. La formación complementaria nos guía por la dirección correcta.
¿Qué es la formación complementaria?
La formación complementaria se refiere a la adquisición de conocimientos y habilidades de manera voluntaria y continua, con el propósito de enriquecer el desarrollo personal y propiciar un crecimiento profesional. Este aprendizaje continuo, también conocido como lifelong learning, propone un nuevo modus operandi, un cambio de perspectiva que busca deshacer el molde rígido que encasilla la vida en tres simples fases: el aprendizaje, el trabajo y por último, la jubilación. Es decir, ya no se limita la dedicación a los estudios a un momento determinado en el desarrollo de nuestras vidas, ya que los seres humanos no cesamos de aprender, sino todo lo contrario: la capacidad de adaptación es la definición de la inteligencia.
En los tiempos de antaño, la ecuación era sencilla: nos formábamos en una profesión demandada, con la intención de realizar una inserción laboral inmediata y trabajar todo lo posible, para así poder jubilarnos cuanto antes. La digitalización y el desarrollo de las nuevas tecnologías han erradicado esta sucesión y han provocado el inicio de una nueva era en el mundo laboral, en la que prima permanecer en un constante estado de cambio y adaptación, fluctuando entre aprender nuevos conceptos y desaprender aquellas ideas que ya son obsoletas y están desfasadas.
En definitiva, adoptar este «estilo de vida» es imprescindible para asegurar un crecimiento y subsecuente triunfo en el actual mercado laboral. Después de todo, la velocidad a la que descubrimos nueva información e implementamos los respectivos cambios ha aumentado exponencialmente con el paso de los años, por lo que nosotros también debemos hacer lo posible por mantener el ritmo. Es por esto que, de cara al futuro, un perfil profesional atractivo será aquel que se mantenga constantemente vigente y actualizado en su respectivo ámbito. Esto fue ratificado por el Informe sobre el Futuro de los Empleos del FEM, que establece que entre el 40 a 50% de la fuerza trabajadora actual se verá obligada a complementar su formación para poder continuar con el desempeño de su labor. No cabe la menor duda: la formación complementaria será la clave para potenciar una carrera profesional exitosa.
¿Qué ventajas puede aportar una formación complementaria?
Fomenta la adaptabilidad y la flexibilidad
El aprendizaje continuo es un entrenamiento en donde el cambio es la única constante y por ende, quien no se adapta, no triunfa. Adquirir nuevas competencias de manera ininterrumpida tiene un impacto positivo sobre la salud cerebral. A través del aprendizaje, aumentamos nuestra neuroplasticidad, es decir, mejoramos la capacidad que tiene nuestro cerebro para adaptarse a nuevas situaciones y modificar la conducta según las experiencias vividas. Por consiguiente, esto nos encamina a convertirnos en trabajadores más creativos e inteligentes para lidiar con la resolución de conflictos, y promueve un ambiente laboral más proactivo y tolerante.
Impulsa el desarrollo profesional y por consiguiente, la productividad
La implementación de procesos innovadores y actualizados de nuestro sector garantizará que desempeñemos nuestra labor eficazmente, empleando técnicas y procedimientos de vanguardia, que a su vez elevarán la originalidad del trabajo y promoverán una mayor productividad en la empresa. A fin de cuentas, la relevancia corporativa es uno de los grandes retos a enfrentar y el futuro empresarial dependerá del grado de compromiso y entrega que la compañía, y sus integrantes, posea. Al romper con los esquemas anticuados e ineficientes, y estar a favor del cambio, estaremos aspirando a la excelencia y al continuo crecimiento de nuestros negocios.
Enriquece el perfil profesional
Una gran versatilidad y variabilidad de habilidades y destrezas aumentará la empleabilidad de los trabajadores. Esto les permitirá disfrutar de unas mejores condiciones y oportunidades laborales, lo que a su vez potenciará una mejor trayectoria profesional.
Mejora la autoestima y alcanzamos la autorrealización
La forma más directa de empoderarnos es a través del aprendizaje. Por algo la expresión afirma que «el conocimiento es poder». Verdaderamente, no hay nada que sea mejor para la autoestima que sentirnos capaces y competentes de enfrentar desafíos por nuestra cuenta. Vencer los retos y lograr los objetivos laborales que nos proponemos, permitirá que alcancemos el grado de satisfacción deseado: la autorrealización. Esta satisfacción personal y profesional nos conducirá a desempeñar nuestras funciones con más motivación y entrega, lo cual mejorará la productividad y así sucesivamente.
Potencia el compromiso empresarial y la retención del talento
El nivel de implicación que la empresa tiene con sus empleados repercute directamente sobre la empresa. En ese sentido, un puesto laboral que contemple incluir o fomentar una formación continua para sus trabajadores es una apuesta segura a la hora de favorecer un mayor compromiso laboral. Si nuestros equipos sienten que el progreso de su carrera profesional es una prioridad para la organización, el sentimiento de seguridad y de plena confianza hacia la empresa florecerá por sí solo. Esto, compaginado con la satisfacción laboral, será la fórmula perfecta para fomentar la lealtad hacia la empresa y para incrementar la retención del talento.
En conclusión, la educación siempre será la mejor inversión de nuestras vidas, ya que la inmensa riqueza que produce no es cuantificable, puesto que no tiene precio. En la actualidad disponemos de una infinidad de opciones que nos permite personalizar nuestra experiencia formativa según convenga, ya sea basándonos en el tipo de formación (cursos o talleres), la metodología (presencial, semipresencial u online), el enfoque (autodidáctico o supervisado) o la dedicación (parcial o completa). Por ello, en el día de mañana, complementar nuestro perfil profesional con una formación continua será la norma, no la excepción. Gracias a ello, seremos más receptivos al cambio, desempeñaremos nuestra labor de manera eficiente y, sobre todo, prosperará el crecimiento profesional y personal del trabajador y de la empresa.
Se asoma un futuro innovador y emocionante para el mercado laboral, que priorizará el talento humano y revolucionará el futuro empresarial. No dejes que te lo cuenten, ayuda a crearlo.
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