Todavía hoy en día hay muchas empresas que se comportan de manera escéptica ante los avances digitales. En realidad, lo que hacen es algo parecido a tirarse piedras sobre su mismo tejado, pues es indudable que el marketing online o digital ha “sorpassado” a las formas tradicionales de hacer mercadotecnia.
La pregunta que nos hacemos es, ¿de verdad merece la pena invertir en campañas de marketing digital? ¿y hay que abandonar otras estrategias que siguen siendo efectivas en el terreno offline únicamente por el auge de la innovación tecnológica?
La relevancia del marketing online en la era digital
Hoy en día compañías como Google, Amazon o Facebook están entre las más cotizadas e importantes del mundo. Todas ellas, o al menos gran parte, utilizan las redes sociales para comunicarse y promocionarse. Los usuarios nos creamos perfiles en estas plataformas o directamente compramos a través de ellas, como es el caso de Amazon.
Una encuesta reciente de la AIMC (Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación) señala que el 90% de los usuarios de internet se conecta varias veces al día a la red, y lo hace más desde el móvil que desde el PC o el portátil. Entre las visitas más frecuentes aparecen la mensajería instantánea, las aplicaciones bancarias y financieras, la navegación en buscadores como Google y el uso de redes sociales, que encabeza Facebook.
Con estos datos parece evidente que es una necesidad imperiosa apostar por fórmulas efectivas de marketing online. Además, a estos resultados se suma la incidencia de la pandemia, que potenció aún más la dependencia de internet en cientos de millones de personas.
¿Qué ventajas ofrece el marketing digital?
El marketing digital presenta como ventajas reseñables frente al tradicional su capacidad para segmentar la audiencia. En la modalidad se conoce como tarteting o retargeting, y no es más que promover productos y servicios que estén dirigidos a un sector concreto de la audiencia, el target.
Estos métodos se perfeccionan a través de técnicas como el posicionamiento SEO, el análisis de las métricas de datos, la aceptación de cookies y el conocimiento profundo de los algoritmos en buscadores.
La segmentación lleva a la personalización gracias a una elevada capacidad para recopilar información sobre el comportamiento en internet de los usuarios individuales. Las técnicas de marketing digital permiten, por ejemplo, saber cuáles son los intereses potenciales de una mujer de 30 años que desea ser madre, que se ha independizado recientemente y que está en vías de conseguir cierta estabilidad laboral.
Toda esta información se obtiene a partir de los Data Management Platforms, que recolectan los datos que los usuarios dejan en la red evaluando las cookies, sus búsquedas o el tiempo que pasan en determinados portales.
Tras recopilar toda esta información toca acudir a herramientas de análisis y monitorización que se va renovando de manera constante, algo que no es posible de manera tan profunda con las campañas de marketing offline.
Una profesión de futuro, adaptada a los nuevos tiempos
Todas estas posibilidades, sumadas a la presencia cada vez más potente de internet en nuestras vidas, hace cada vez más atractivo estudiar marketing digital pensando en una profesión con alta empleabilidad en sectores como la gestión de redes, los departamentos de venta e incluso las áreas de publicidad.
Y es cierto que lo es, pero como todo aquello que está relacionado con las nuevas tecnologías y la innovación, la clave no radica únicamente en comprender los principios del marketing online, sino ir adaptándolos a los nuevos consumidores y sus necesidades.
El confinamiento y la pandemia impulsaron el comercio online y el consumo a través de internet, lo que obligó a importantes cambios para la digitalización de pymes y grandes empresas.
No obstante, muchas compañías son también conscientes de que el buen hacer en marketing debe ir ligado a estrategias conjuntas donde se sumen campañas en internet con otras propuestas en el marco offline. De hecho, la combinación no depende de las preferencias personales de los profesionales, son del público al cual se dirige la estrategia.
Al final, el marketing es una disciplina que pretende atraer el interés de los usuarios ante determinados productos y servicios. Si los usuarios están más digitalizados, es lógico pensar que las estrategias también se tienen que digitalizar.
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