Comenzar a aprender un nuevo idioma desde cero siempre supone un gran reto, que nos hace plantearnos diferentes cuestiones sobre cómo o por dónde empezar, qué método es el que mejor nos conviene para lograrlo o qué resultados estamos buscando. El hecho de no plantearnos correctamente cómo afrontar el aprendizaje desde cero nos puede llevar a encontrarnos con problemas de motivación y falta de interés, que nos hagan fracasar en nuestro intento de aprender un nuevo idioma.
Para enfrentarnos al reto de aprender un nuevo idioma, como puede ser el inglés, los profesores expertos de ABA English, academia española de inglés online líder en e-learning, han recopilado cuatro sencillos pasos a tener en cuenta antes de comenzar nuestro proceso de aprendizaje.
1. Fija tus objetivos
El hecho de establecer pequeños objetivos nos va a permitir no caer en el desánimo y evolucionar positivamente en nuestro aprendizaje.
Para ello, nuestras metas deben ser realistas y honestas con nuestros propios propósitos. Marcarnos un objetivo demasiado ambicioso hará que, una vez empecemos el proceso de aprendizaje, se nos haga una montaña y nos sintamos incapaces de alcanzarlo. De ese sentimiento nace la frustración y, seguidamente, el abandono.
Objetivos fijos y específicos nos permiten tener una meta clara, que complementada con pequeños actos de nuestro día a día, en el que empleemos el inglés, pueden ayudarnos a avanzar rápidamente.
“Hay que especificar un objetivo, precisar qué es lo que queremos lograr es muy importante para no perder el tiempo con grandes e inabarcables planes”, señalan los expertos de ABA English.
2. Encuentra el mejor método
La forma en la que abordamos el aprendizaje es primordial para aprender correctamente un idioma. No solo por la manera de adquirir conocimientos, también por la importancia de mantener la motivación del alumno a lo largo de todo el proceso.
La manera de enseñar otros idiomas durante años ha estado marcada por la preponderancia de un aprendizaje teórico frente al práctico. La consecuencia de este tipo de metodologías es que son menos eficaces y, por lo tanto, hacen que el alumno necesite mucho tiempo para llegar a su objetivo de comunicarse de manera efectiva. Al ver que el proceso es tan lento, esa motivación de la que hablábamos antes se ve seriamente afectada.
Los métodos de enseñanza tradicionales suelen contar con un diseño obsoleto y poco optimizado, “comenzando por la gramática y acabando por el habla, cuando de forma natural todos aprendemos nuestra lengua materna justo en la dirección contraria”, tal y como aseguran desde ABA English.
3. Crea un plan
La clave de un buen plan es que sea realista. Necesitamos conocer muy bien el tiempo que vamos a tener disponible para poder aprender y si vamos a estar dispuestos a cumplirlo. Un calendario que permita guiarnos y ver cómo vamos logrando nuestros objetivos nos ayuda a garantizar una mejor organización y no caer en el desánimo.
Poco a poco, pero con frecuencia, es la mejor manera de ir adquiriendo y asentando conocimientos que nos permitan avanzar un poco cada día. Lo óptimo no es hacer dos sesiones de dos horas por semana, como se propone desde las metodologías más tradicionales. Está demostrado que nuestra capacidad de atención es limitada, así como lo es nuestra capacidad de retener información. ¿Qué sentido tiene una sesión de estudio larga si solamente vamos a aprovechar una parte?
Por otra parte, si pasan muchos días entre sesiones y no tenemos ningún otro contacto con el idioma, también es fácil que olvidemos parte de lo que aprendimos en la sesión. El alumno puede plantear un calendario con 3 o 4 sesiones de unos 40 minutos a la semana e intentar estar en contacto de alguna manera con el idioma el resto de días, aunque de forma mucho más lúdica y natural: cambiar de idioma el móvil, ver series y películas en inglés, escuchar música o leer las noticias.
“Nuestro plan se debe traducir en un calendario que nos permita fijarnos el tiempo que queremos invertir, las clases a las que podríamos acudir cada semana y así aprovechar de la mejor manera posible todo el tiempo empleado”, afirman desde ABA English.
4. La motivación es fundamental
Todo lo que vale la pena conseguir tiene un precio, por lo que el camino del aprendizaje implica cierto esfuerzo. Además, hay que aceptar que al empezar podemos sentir incertidumbre al no conocer bien el proceso. Es una sensación totalmente lógica que poco a poco irá desapareciendo. Lo importante es no venirse abajo, seguir adelante y, si es posible, dejarte guiar por un buen profesional.
Es importante asumir que mientras se aprende un nuevo idioma es muy normal que el alumno cometa fallos, errores o se confunda. Esto no es algo negativo. Los errores son naturales en cualquier proceso de aprendizaje y tenemos que entenderlos como oportunidades que nos permiten tener un feedback y mejorar.
También es importante que nuestro plan tenga en cuenta la motivación, ya que sin ella tendremos mayor riesgo de abandonar nuestro objetivo de aprender un nuevo idioma. En este sentido nos benefician mucho las clases más cortas y frecuentes, ya que al ser más efectivas notaremos resultados de manera más inmediata y esto nos animará a seguir.
Cuando además nuestro aprendizaje está basado en la práctica y nos damos cuenta de que somos capaces de comunicarnos (aunque sea de manera muy sencilla) desde el principio. Ver resultados, aunque sean pequeños, mantendrá nuestras ganas de seguir adelante. Por último, nuestras ambiciones no deben ser excesivamente exageradas, pues nos podríamos ver sobrepasados por nuestro propio proyecto.
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