El paradigma de la formación en las empresas está cambiando radicalmente, según se aprecia en los resultados del Barómetro Europeo Cegos: líderes y resto de equipos de las empresas han asumido que tienen que comprometerse para asegurar su empleabilidad.
“Tanto trabajadores como directivos son cada vez más conscientes del riesgo de que sus habilidades queden obsoletas. Ante esa realidad, adoptan un enfoque práctico y demandan que sus compañías generen ecosistemas de aprendizaje en donde ellos puedan tomar el control de su desarrollo profesional. Ha pasado el momento en que las empresas diseñaban una oferta formativa desde arriba, que luego aplicaban; ahora han de poner al empleado en el centro”, explica Jesús Araújo, CEO de Cegos para España y Latam.
Responsabilidad compartida
En este entorno, donde los trabajadores y los líderes son conscientes de que los trabajos y las profesiones están cambiando o cambiarán en breve, el 90% de los empleados europeos están dispuestos a formarse para lograr su adaptación al nuevo mercado laboral (94% en el caso de los managers, 87% en el caso de los no managers).
Para el 62% de los trabajadores europeos, el desarrollo de habilidades es una responsabilidad compartida entre la empresa y el empleado. El porcentaje sube al 71% en España y baja al 51% en Alemania.
El 28% de los empleados europeos consultados opina que esto es principalmente responsabilidad de la empresa (23% en España, 37% en Alemania) y solo el 10% de las personas consultadas considera que es principalmente responsabilidad del empleado.
El 71% de los empleados europeos está dispuesto a realizar un curso de formación fuera de su horario laboral, porcentaje que asciende al 78% en España. De los europeos, se muestran más activos los managers: el 79% lo harían, frente al 64% de los no managers.
Incluso, casi la mitad (45%) de los empleados europeos consultados estarían dispuestos a financiar parte de los costes de formación ellos mismos, el 60% en España. De nuevo, la media europea es más elevada entre los managers (54%) que entre los no managers (34%).
“Este cambio de paradigma supone un reto para las empresas, que tienen que rediseñar su oferta formativa, adaptarla a las necesidades que tendrán que afrontar en el futuro a corto y medio plazo, y favorecer ese esfuerzo que los empleados están dispuestos a asumir para realizar una contribución real al avance de sus compañías. A la vez, tienen que impulsar otros ámbitos, como el intraemprendimiento o el liderazgo universal dentro de las organizaciones”, añade Jesús Araújo.
Palanca estratégica
El 84% de los empleados europeos también son conscientes de que sus empresas consideran el desarrollo de habilidades como una palanca estratégica (el 92% de los managers y el 76% no managers).
El porcentaje sube al hacer la misma pregunta a los responsables de RR. HH.: el 91% de ellos responde afirmativamente, 95% en el caso de España.
Para el Área de RR. HH., la mejora de las habilidades es la primera palanca que se activa para hacer frente al impacto de las transformaciones tecnológicas en el empleo.
Al preguntarles qué medios/ herramientas están implementando o planean implementar para hacer frente a los efectos transformadores que los desarrollos tecnológicos tendrán en las profesiones y habilidades de su empresa:
- 69%, ayudar a los empleados a desarrollar sus habilidades en su puesto de trabajo.
- 48%, conseguir nuevos perfiles
- 41%, ayudar a los empleados a desarrollar sus habilidades para un nuevo rol
- 4%, no tienen nada planificado hasta la fecha.
Además, el 76% de los responsables europeos de RR. HH. (89% en España) observan que los Departamentos de Operaciones y las divisiones comerciales están desempeñando un papel cada vez más activo en el desarrollo de habilidades.
Ficha del Barómetro Europeo Cegos 2020
Para la elaboración del Barómetro Europeo Cegos: «Transformación, Habilidades y Aprendizaje«, la compañía encuestó durante el pasado mes de julio a 1.783 empleados y 254 responsables de Recursos Humanos y Formación en las principales economías de la Unión Europea: Alemania, España, Francia e Italia.
Todos ellos trabajan en empresas del sector privado con 50 o más empleados.
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