La formación de idiomas sigue siendo una de las máximas prioridades dentro de los departamentos de RRHH de las empresas españolas. La pandemia paralizó temporalmente 8 de cada 10 formaciones en 2020 pero con la reactivación de 2021 son muchas las fórmulas que se estudian para seguir formando y mejorando el nivel de idiomas entre los trabajadores.
Desde Hexagone, consultora de formación de idiomas para empresas, se ha detectado un aumento en la búsqueda de formaciones transversales con enfoque business que permitan mejorar las capacidades de los trabajadores así como los soft skills de los empleados.
En este sentido, una de las formaciones que más se están demandando actualmente en las empresas es la posibilidad de realizar sesiones de formación con enfoque y metodologías propios de coaching empresarial en otro idioma que no sea el español. La finalidad es profundizar en aspectos del negocio y de cómo afecta a los trabajadores a la vez que se practica y mejora el nivel de idiomas.
Gaëlle Schaefer, directora de Hexagone, explica, «las empresas buscan rentabilizar la inversión en formación entre sus trabajadores. Necesitan mejorar el nivel de idiomas de sus empleados pero también buscan nuevas fórmulas para llevarlo a cabo. Se trata de realizar workshops que además de ofrecerse en español se pueden hacer en otros idiomas. Estos talleres de trabajo están impartidos por un profesor experto en su materia y con un perfil de coach «.
No se trata de una formación de idiomas sino de una formación realizada en otro idioma. En este sentido, el objetivo es doble ya que el alumno desarrolla esos sofskills humanos y a la vez, indirectamente, mejora su nivel de idiomas al practicarlo con un profesor coach nativo adquiriendo así más confianza.
«Se podría decir que este tipo de formación transversal con enfoque business es una propuesta conjunta de formación pero también de transformación. Las empresas consiguen cubrir un doble objetivo que en definitiva es lo que están buscando en estos tiempos«, explica la directora de Hexagone.
Desde Hexagone explican el mecanismo de esta filosofía de formación que se basa en tres fases: observar, analizar y practicar.
El formador prepara los contenidos adaptados a la realidad cotidiana de trabajo de los alumnos. Cada módulo contiene una parte teórica que acerca las herramientas necesarias a los alumnos para su manejo en el objetivo determinado. Y en cada uno de estos módulos propuestos por el formador se incluye mucha práctica para que los alumnos puedan aprender mejor. Juegos de rol, business cases, retos, presentaciones etc.
La metodología participativa, que es en la que se basa esta modalidad de formación transversal, está basada en 4 aspectos esenciales:
- La observación activa en base a casos reales, experiencia propia de los participantes
- La auto reflexión/auto crítica
- La producción personal
- La identificación de fallos y vías de mejora
En la práctica estos cursos se traducen en workshops como: la realización de presentaciones importantes, el arte de la negociación, gestión y resolución de conflictos, animar y/o participar en las reuniones, comunicación positiva… Se trata de talleres prácticos enfocados a situaciones precisas y concretas dentro de la empresa que se podrían impartir en español pero que haciéndolo en otro idioma además fomenta el perfeccionamiento de idiomas.
«Después del parón de cursos de formación producido por la pandemia respecto a la formación en las empresas, la reactivación de estos cursos ha venido acompañado de la búsqueda por parte de las empresas de fórmulas alternativas, diferentes y productivas para formar a sus empleados. En definitiva el objetivo último es retornar la inversión en la formación pero hoy más que nunca se buscan nuevas fórmulas para ello», concluye Gaëlle Schaefer.
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