Un estudio realizado por la consultora de formación de idiomas para empresas Hexagone concluye que dado el nivel bajo de idiomas en España, los trabajadores necesitarían una media de 900 horas de clase para llegar a un nivel aceptable de idiomas.
Las necesidades cambian en función del nivel de cada profesional. Sin embargo desde Hexagone apuntan a que el 78% de los trabajadores actuales se encontrarían en un nivel bajo o intermedio mientras que sólo el 12% llegarían al nivel alto.
Los profesionales con nivel alto deberían dedicar al menos 400 horas para perfeccionar su nivel de idiomas. El nivel medio requerirías de un total de 900 horas mientras que el más bajo ascendería a 1.200 horas para poder defenderse en una prueba de nivel de idiomas dentro de una empresa.
Gaëlle Schaefer, directora de Hexagone explica, «El número de horas que hay que destinar para el aprendizaje o perfeccionamiento de un idioma varía no sólo en función del nivel sino del método utilizado para dar esa formación. Por eficacia el mejor sistema para acortar los plazos de aprendizaje destaca la inmersión lingüística que sólo se consigue viajando y viviendo durante un periodo largo de tiempo en un país con el idioma nativo que se quiere aprender. En segundo lugar, como método eficaz destacan las clases presenciales con profesor nativo mientras que el sistema más lento es el conocido como elearning».
Cuanto mayor sea la inmersión lingüística, mayor tiempo de aprendizaje y sobre todo mayor continuidad, los procesos de aprendizaje serán mucho más cortos.
Desde Hexagone explican que aquellos profesionales con alto nivel de inglés tendrán mayor facilidad para aprender nuevos idiomas. Para ello dividen en 3 categorías las horas necesarias para el aprendizaje con un nivel alto de un nuevo idioma:
Los idiomas más difíciles
Por otro lado, el análisis realizado por la consultora de formación de idiomas destaca que existen idiomas que son más fáciles de aprender para los españoles como por ejemplo el italiano y el portugués.
El alemán, pese a lo que pueda parecer a priori cuando se escucha, también figura como uno de los idioma más asequibles para los españoles en la parte de la pronunciación mientras que se complica en la gramática.
«Para un español, el alemán resulta más fácil de aprender respecto a su pronunciación porque se asemeja al español mientras que la parte de la gramática es muy diferente al español», explica la directora de Hexagone.
En el otro extremo como lenguas más difíciles de aprender para los españoles sobresalen el árabe y el chino. La complejidad gramática respecto al español o la dificultad para conseguir una inmersión lingüística son los principales motivos que convierten a estos idiomas en los más complejos de aprender.
«Son lenguas que no se hablan de manera cotidiana, es complejo de medir los avances y mientras que el español cuenta con 27 grafías, el mandarín, por ejemplo, tiene más de 250.000», explica Gaëlle Schaefer.
El análisis de Hexagone concluye que a aquellas personas que aprenden varios idiomas diferentes les resultará más fácil seguir aprendiendo nuevos idiomas.
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