Las universidades deben avanzar hacia procesos formativos cada vez más digitales. Así lo manifiesta Carmen Palomino, directora de operaciones Fundación Universidad-Empresa (FUE), quien considera que con la pandemia los modelos educativos se han reinventado, “lo lógico sería que todo el proceso formativo, incluida la evaluación, se adapte al entorno digital”.
En ese sentido, desde FUE apuntan que cuando se cuenta con los protocolos y escenarios educativos adecuados, la formación y evaluación online tienen muchos puntos positivos para el estudiante. Las ventajas van desde una mayor interacción entre alumno y profesor hasta un aumento de la dinamización de las clases y un dominio pleno de la digitalización a través de herramientas y tecnologías disruptivas. “Habilidades y competencias que, por otro lado, les van a ser solicitados cuando aterricen en el mundo profesional, por lo que ayudarían a mejorar su empleabilidad”, señala Palomino.
Autonomía de cada universidad
Aun así, Carmen Palomino manifiesta que son comprensibles las reticencias de algunas universidades para implantar una evaluación online plena. Primero hay que valorar la viabilidad de adaptar la formación a un formato digital. “Hay carreras que, obviamente, necesitan de una presencialidad, como es el caso de todas las especialidades del área de ciencias de la salud”, indica.
Así mismo, entiende que la evaluación online puede dar pie a fraudes o suplantación de identidad por parte de algunos alumnos, por ello FUE aboga por plataformas con “mayor nivel de autentificación y seguridad”.
Evaluación continua y visión de conjunto
Por otro lado, para que el nuevo modelo online funcione adecuadamente son necesarios recursos y su implantación debe llevarse a cabo con una visión de conjunto. “Si las clases se han impartido de forma online, la evaluación también debería ser así, ya que la forma de adquirir conocimientos ha cambiado y, por lo tanto, el seguimiento debe seguir la misma línea”, considera Palomino.
A su vez, desde FUE se apuesta por una evaluación continua que permita valorar la adquisición de conocimientos y competencias ligadas a cada asignatura. Palomino puntualiza que “La evaluación no se puede limitar únicamente a exámenes, sino que debe incluir también otro tipo de pruebas, como son la entrega de trabajos, la realización de tareas concretas o presentaciones en grupo o de forma individual”.
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