Con el cierre indefinido de los centros de enseñanza a raíz de la crisis del coronavirus, comunidad educativa, familias y alumnado han tenido que adaptarse a las clases a distancia. Sin embargo, situaciones excepcionales como esta también pueden convertirse en una oportunidad para impulsar la innovación y la creatividad en la formación de los alumnos. Es más, la experiencia del estudio desde casa puede servir también para que los sistemas educativos se replanteen las normas tradicionales y dejen paso a una perspectiva más profunda e individualizada sobre qué es el éxito de los estudiantes. Eso sin olvidarnos del contacto físico, elemento primordial a la hora de aprender, que ahora podemos suplir de forma puntual con la tecnología. Eso sí, “virtualmente”.
Una investigación ha demostrado ya que el aprendizaje se puede producir en cualquier sitio y no solo en entornos formales como un aula. Según Aileen Strickland, investigadora educativa de Steelcase, el aprendizaje también “implica colaborar y relacionarse de manera informal”. Tras realizar el estudio, la investigadora afirma que el entorno “puede aumentar en gran medida tanto el grado de compromiso de los estudiantes como su bienestar”.
Esta y otras investigaciones llevan a pensar que el estudio desde casa no tiene por qué ser un lastre para el curso escolar, especialmente en un contexto de constante cambio en el que los sistemas educativos de todo el mundo comienzan a plantear alternativas de innovación disruptiva. En esta línea, Steelcase ofrece 5 claves para entender el hogar como un entorno apto para la enseñanza.
- El movimiento favorece la concentración. El movimiento permite a los estudiantes volver a centrarse y mejorar su capacidad de atención. El simple hecho de permitir a los estudiantes levantarse de la silla para tomar un refresco o descansar unos minutos implica moverse mientras aprenden. Esto proporciona al cerebro novedad y cambio, que son muy necesarios a la hora de adquirir conocimientos.
- Requiere el uso de tecnología. Existen varias herramientas tecnológicas que tienen enormes aplicaciones en materia de educación. Una tecnología integrada y optimizada de manera eficaz brinda enormes oportunidades para mejorar enseñanza y aprendizaje ofreciendo nuevas maneras de acceder a la información y compartirla. Además, fomenta la interacción entre profesores y alumnos de una manera diferente y ambos aprenden a hacer un uso pedagógico de la misma.
- Genera compromiso. Los entornos pueden ayudar a los estudiantes a pensar mejor aprovechando las capacidades del cerebro y reconociendo sus limitaciones. El entorno del hogar, por ser seguro, informal y cómodo puede proporcionar a los alumnos un ambiente más relajado en el que desempeñar sus tareas. En la mayoría de los casos, esto genera compromiso, y los estudios demuestran que el compromiso lleva al éxito, tanto durante los estudios como en los años posteriores.
- Enseña a gestionar las distracciones. Los estudiantes necesitan espacios donde puedan evitar las distracciones y estímulos no deseados que interrumpan su concentración. Sin embargo, hay ocasiones en las que las distracciones ambientales de bajo nivel son positivas. El lado opuesto del pensamiento concentrado es el pensamiento difuso, que complementa el aprendizaje y la creatividad. En el pensamiento difuso la mente divaga y esto permite al cerebro establecer nuevas relaciones entre piezas de información dispares. Los alumnos necesitan poder bloquear las distracciones o permitirlas, todo dependerá de si están redactando un trabajo o buscando inspiración mediante estimulación sensorial.
- Los cambios llaman la atención. Cuando los estudiantes pueden disfrutar de distintas experiencias de aprendizaje y entre diversos entornos, aprenden a conocerse mejor, a tomar decisiones y a confiar más en ellos mismos. Esto acaba redundando en el éxito de los estudiantes que depende de adquirir y demostrar los conocimientos, habilidades y desarrollo personal necesarios para alcanzar múltiples objetivos personales y educativos.
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