Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Educación (24 de enero), Campus Experience Fundación Real Madrid, un proyecto de Campus and Sports Events que ofrece la oportunidad de vivir experiencias únicas y formarse en valores a través del fútbol, pone de manifiesto la importancia que puede tener el fútbol en el desarrollo de la personalidad y de la adquisición de valores de los niños. Este deporte, tan popular entre los más pequeños, además de las ventajas que ofrece como deporte a nivel físico, es también un vehículo de educación en valores. Unir ocio y diversión con el aprendizaje es una fórmula eficaz, especialmente si nos referimos a las fases iniciales de formación.
Campus Experience quiere así darle un valor adicional al fútbol como deporte y destaca los 5 valores que transmite y que ayudan a los niños en los retos de su vida cotidiana:
- Trabajo en equipo: al jugar en un equipo los niños y niñas desarrollan la función de aprender a colocarse en cada una de las posiciones para apoyar a los demás. De esta manera, si un compañero pierde la posición, el otro sabe que debe cubrirlo, confiando uno en el otro para ayudarse mutuamente.
- Rutinas saludables: el deporte ayuda a instalar una rutina y ésta permite generar hábitos de higiene. Siendo ordenados en los vestuarios, preparando la muda de ropa para entrenar y para ducharse después de un partido, es mucho más fácil que este comportamiento se traslade al hogar y al ámbito de la familia. El ejercicio constante que brinda la práctica del fútbol ayuda también a conocer qué alimentos son fundamentales para lograr una dieta balanceada y rica en nutrientes. Estos beneficios proporcionan un mejor rendimiento y un bienestar integral en los niños y niñas.
- Respeto: el fútbol permite fomentar el respeto en diferentes instancias, desde los dos equipos que juegan un partido, hasta los árbitros y padres que asisten como público. De esta manera, se desarrolla un ida y vuelta que permite a todos celebrar el deporte y evitar las malas costumbres que lo perjudican. En este sentido, el trabajo puede perfeccionarse en los campos de juego o instituciones, pero nace en el hogar de cada niño o niña y la educación que recibe.
- Tolerar las frustraciones: el fútbol es un vector clave para que aprendan a lidiar con la frustración. Saborean el gozo de alcanzar buenos resultados a través del trabajo, pero por otro lado, también tienen que enfrentar la derrota, saber perder con deportividad y mejorar para alcanzar los objetivos. Saber que no siempre se puede ganar, aunque haya habido esfuerzo, es una de las bases para educar en la gestión de la frustración, una de las herramientas más útiles en su vida personal y futuro profesional. Lo más importante es que las niñas y niños logran interactuar en los partidos de forma no violenta, alentando a la comunicación sin agresión.
- Ser más responsable: las consecuencias derivadas de las acciones les permiten que puedan medir sus decisiones en los partidos. La capitanía es uno de los grandes ejemplos para inculcar la responsabilidad y que asuman el rol de líder, tanto en el campo de juego como en el hogar. El tener un horario y rutina de entrenamiento que cumplir permite que tengan una mejor noción del trabajo en equipo, de dar siempre lo máximo y de comprender cuán importante es su rol en el campo de juego.
“Transmitir valores a nuestros niños y niñas es fundamental para formar adultos que sepan cómo actuar en todos los ámbitos de la vida. A través de actividades lúdicas y la práctica del fútbol, en Campus Experience podemos inculcar diferentes tipos de valores que los acompañen toda la vida”, señala Joaquín Sagués, Director General de Campus Experience.
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