Marta Leboreiro y Jorge Donday trabajan en Burundi y Londres, respectivamente. Tienen en común su formación y la pasión por ‘construir’ nuevas realidades. Ambos terminaron el Grado de Arquitectura en la Universidad hace menos de 10 años y los dos apostaron por desarrollar su profesión en el extranjero. Forman parte del 37% de alumnos del Grado en Arquitectura que ocupa un puesto de trabajo fuera de nuestras fronteras.
Marta siempre ha querido descubrir otros lugares del mundo. Su trayectoria profesional en el extranjero ha estado determinada por la cooperación al desarrollo, aportando su conocimiento en arquitectura y abogando por el derecho a la vivienda. Con tan solo 28 años ha podido trabajar para ‘Entreculturas’ y ‘Save the Children’ y, desde diciembre de 2017, colabora en un proyecto de la Agencia de Naciones Unidas para las Migraciones, centrado en propiciar el regreso de desplazados a sus hogares en Burundi.
Esta cooperante considera que, más allá del éxito laboral, es feliz con lo que hace. “A través de la construcción de pequeñas viviendas de madera, chapa de zinc y plásticos, y la búsqueda de alquileres a precios asequibles, hemos logrado dar cobijo a más de 5.000 personas. Y esto no ocurre todos los días”, asegura. “No pretendo cambiar el mundo, como un profesor del máster nos decía: con cambiar el 0,0001% de la vida de alguien para bien, es más que suficiente”, comenta.
Según ella misma explica, “una de mis misiones con mi trabajo en Burundi es intentar cambiar la concepción que se tiene de la arquitectura y dotarle de valores como la protección, la educación, los derechos, ligarla al agua y a la higiene, a la comida y a la generación de ingresos”.
El otro alumni arquitecto, Jorge, trabaja para el prestigioso estudio SOM de Londres, ciudad donde vive desde hace más de tres años. “El estudio desarrolla muchas estrategias sostenibles y ecológicas tanto a nivel urbano como arquitectónico y, en el aspecto técnico, el nivel de ejecución y detalles constructivos es muy alto. Es una parte de la arquitectura que siempre me ha interesado y de la que creo que estoy aprendiendo mucho”, explica.
Se considera una persona alegre, con un especial interés en la música y la pintura. Para Jorge, Londres es una ciudad que genera numerosas sinergias. “Reúne a muchos profesionales de distintas disciplinas y países: arquitectos, artistas, músicos, economistas o abogados”, añade.
La empresa en la que desarrolla su profesión es la responsable del diseño de algunos de los edificios más emblemáticos de las últimas décadas. La colaboración de un equipo multidisciplinar de arquitectos e ingenieros ha permitido que diseñen el Burj Khalifa en Dubái, la torre más alta del mundo, o El One World Trade center de Nueva York.
La amplitud de conocimientos tanto artísticos como técnicos que aporta la Escuela Politécnica Superior de la Universidad, y en concreto, el Grado en Arquitectura, ha hecho que estudiantes como Jorge, saquen partido también a sus aptitudes personales. Ahora, y tras colaborar en distintos proyectos, Jorge lidera junto a otro compañero un proyecto de viviendas en Colindale, al norte de Londres. “Es el primer proyecto a mi cargo y supone una gran oportunidad y un desafío”, confiesa.
Trayectoria profesional y experiencia en el extranjero
Respecto a sus trayectorias profesionales, ambos coinciden en que ha sido esencial la educación completa que les ha ofrecido la universidad, con 50 años de recorrido académico del Grado en Arquitectura. “Además de otros factores importantes”, añade Marta, “, como el apoyo de mi familia y sus recomendaciones; y el acompañamiento de buenos profesores y profesionales que he ido encontrando por el camino”.
Tanto Jorge como Marta animan a todo aquel que quiera seguir la misma trayectoria que ellos a arriesgarse. “Salir de la burbuja de confort trae siempre lo más interesante de la vida”, confiesa Marta. También han querido referirse a la etapa universitaria y, en especial, a los alumnos de la universidad en la que ellos se formaron: “que disfruten al máximo de sus años de universidad, aprovechando todo lo que el CEU les ofrece, desde las clases, a los talleres, conferencias o tutorías, que son realmente útiles”, recomienda Jorge.
Ambos definen la experiencia de desarrollar su trabajo fuera de España como algo que enriquece. “No hay otra manera de explicar lo que es descubrir nuevas formas de entender y ver el mundo y relacionarse con gente de diferentes nacionalidades”, explica Marta. Jorge, por su parte, lo considera también una oportunidad de aprender muchas cosas que más tarde le servirán al volver a España. Sin embargo, los dos admiten que la peor parte es la de estar lejos de familia y amigos. “Estar ausente en los momentos importantes es lo más complicado”, asegura Marta.
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