Cada vez es más difícil retener el talento de los trabajadores en las compañías. Por esta razón, establecer una cultura de aprendizaje continuo en las empresas supone una gran oportunidad para retener a los mejores empleados, señala Alistair Cox, CEO de la consultora de selección Hays. De hecho, casi la mitad de los responsables de Recursos Humanos teme sufrir fugas de talento este 2017, según la Guía del Mercado Laboral 2017 de Hays, especialmente en Banca, Consultoría de Negocio, Ingeniería, Tecnología y Telecomunicaciones.
En la actualidad, las empresas continúan batallando contra la escasez de habilidades, algo a lo que se enfrentan el 72%, que reconoce tener dificultades para encontrar perfiles adecuados para determinadas posiciones. Mantener el talento dentro de los departamentos de la compañía es necesario si se quiere alcanzar el éxito empresarial. Por lo tanto, es importante que las personas que lideran un negocio hagan un análisis de las oportunidades formativas que desarrollan para el personal con el fin de asegurarse de que están haciendo todo lo posible para mantenerlos. Frente a tal desafío, una de las claves primordiales es fomentar el aprendizaje continuo, ya que los empleados buscan estar en constante formación para adquirir y desarrollar un conjunto de conocimientos y habilidades como profesionales. Aquellas empresas que no lo ofrezcan corren el riesgo de perderlos.
El aprendizaje continuo es un proceso que consiste en proveer a las personas de la oportunidad de mejorar las destrezas y talentos que ya emplean en su lugar de trabajo. Por esta razón, los líderes empresariales deben posicionar esta formación como una prioridad y dar ejemplo a sus trabajadores, demostrando que ellos también renuevan constantemente sus conocimientos. A menudo, los líderes que apuestan por la cultura de aprendizaje continua son aquellos que dirigen empresas con un alto rendimiento y si el líder de un negocio está comprometido y participa de dicha enseñanza, el resto del equipo también lo estará. Tal como afirma Alistair, la responsabilidad de concienciar a los empleados de que la cultura de aprendizaje continuo es un valor añadido para el conjunto de la compañía comienza en los líderes.
“Creo que es importante que el líder demuestre de forma proactiva al resto del equipo que está genuinamente comprometido con su propio desarrollo profesional y que el aprendizaje es importante para todos los trabajadores así como para sus carreras profesionales; toda empresa debería tomar nota. Al hacerlo es cuando la cultura de aprendizaje continuo empieza a fortalecerse”, afirma Alistar.
Para poder transmitir esta filosofía correctamente y marcar la diferencia, la iniciativa y concienciación no termina con el líder, sino que éste debe animar al mismo tiempo a los cargos más altos de la empresa. Tal como señala Alistar, si queremos implementar esta cultura en la compañía debemos concienciarnos de que requiere un cambio de mentalidad global. Además añade que “los gerentes no deben ver el aprendizaje ni el desarrollo como un coste o una pérdida de tiempo, sino como una inversión con rentabilidad y sostenibilidad a largo plazo, tanto de sí mismos como del resto del equipo y de la compañía en general”.
Alistair presenta tres ideas para ayudar a los gerentes a aplicar el aprendizaje continuo dentro de su organización:
1. Los gerentes deben ser más conscientes de sí mismos
Los gerentes deben recapitular y preguntarse si están realmente comprometidos con la formación continua de sus trabajadores. ¿Cuándo fue la última conferencia a la que asistieron? ¿Cuándo fue la última vez que participaron en una actividad formativa? Alistair añade, «¿Los gerentes piensan que la formación no es necesaria porque ellos asistieron a un curso de formación el año pasado? No deberían hacerlo, y si lo hacen, están frente a un problema grave. Es posible que crean que no necesitan más desarrollo profesional en su carrera profesional pero, si ese mismo enfoque se impregna en los equipos, se están equivocado”.
2. Las acciones hablan más que las palabras
Alistair afirma que para ser valiente y fomentar la cultura del aprendizaje continuo, los directivos deben comprometerse públicamente con el aprendizaje profesional de cada uno de los empleados, sin importar lo ocupados que estén. Asimismo, añade que “puede ser increíblemente motivador para un empleado saber que su propio gerente también tiene un plan de desarrollo que está llevando a cabo. Esencialmente ayuda al equipo a darse cuenta y comprender que no son sólo ellos los que deben mejorar, sino que todos lo hacen, incluido el jefe«.
3. El fracaso está bien, siempre y cuando, al final, se convierta en aprendizaje
Una vez establecida la nueva cultura del aprendizaje, los líderes deben asegurarse de que los gerentes sepan que está bien fallar, siempre y cuando tomen nota de lo aprendido a raíz de dicha situación. «Todos luchamos por mantener la innovación y el progreso porque es lo que nos permite seguir siendo competitivos, y eso simplemente no puede suceder sin un fracaso ocasional«, afirma Alistair.
A modo de conclusión, Alistair resume su propuesta: «La próxima vez que sientas la tentación de rechazar una oportunidad de aprender algo nuevo, sólo porque pienses que estás demasiado ocupado, no lo hagas. Deja de buscar excusas y encuentra tiempo para desarrollar y aprender habilidades y conocimientos nuevos. Sin duda, tus empleados notarán el cambio. Lo admirarán, te respetarán por ello, y lo más importante, seguirán tu ejemplo”.
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