El Grupo CEF.- UDIMA, conformado por el Centro de Estudios Financieros (CEF.-) y la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) ha publicado un listado de consejos que pretenden ayudar a los nuevos estudiantes de Máster a obtener el máximo rendimiento de sus estudios de posgrado.
Para los responsables del CEF.- y de la UDIMA “realizar un Máster es una decisión importante en la vida de una persona. Implica una alta inversión económica y trastornos en nuestra vida personal, familiar y profesional. Pero todos esos sacrificios se verán recompensados si al final logramos nuestro objetivo: que el Máster sea un punto de inflexión que impulse nuestra carrera profesional”.
Cómo sacar el máximo partido de un Máster
- Otórgale la importancia que merece. Vas a invertir (la formación de calidad es siempre una inversión, no un gasto) una importante cantidad de dinero, tiempo y esfuerzo en realizar un Máster. Demasiadas molestias para que luego pases por él sin pena ni gloria. Tómatelo como el gran reto personal y profesional que es. Una motivación alta es esencial.
- No te guardes nada. Implícate, participa, “aprieta”. Un Máster no es como una carrera universitaria, que te permite modular los esfuerzos. En el Máster los esfuerzos se concentran. Un año o un año y medio pasan pronto, y la mejor manera de hacer que el tiempo transcurra más deprisa es aprovechando cada instante, que al terminar lo hagas con la sensación de que has exprimido hasta la última gota de la experiencia.
- Ten claro el foco. Un Máster no se hace para adornar un CV con otro título. El objetivo es aprender. No dejes pasar ninguna oportunidad de acelerar tu aprendizaje, ya sea asistiendo a una conferencia o tomando un café con un profesor. Todo cuenta. El contacto con las empresas y con los profesionales en activo del ámbito de tu interés es básico para poder comprobar los conocimientos adquiridos durante el curso.
- Establece un plan de trabajo diario. Por lo general, un Máster no suele estudiarse de la misma forma que una carrera. A las exigencias académicas hay que añadirle la necesidad de compaginarlas con trabajo y familia. Acostúmbrate a trabajar un poco todos los días y resérvate tus horas de estudio. Respétalas y házselas respetar a quienes te rodean.
- Networking y más networking. Los estudios de posgrado no son únicamente un trampolín profesional por lo que aprendes, sino por a quién conoces. Tus profesores y compañeros son personas que se mueven en tu mismo ámbito y, por tanto, valiosos contactos que te pueden abrir oportunidades profesionales en el futuro. Trabaja y cuida esas relaciones como si se trataran de una asignatura más, probablemente una de las más importantes.
- Aprovecha los servicios que te ofrece tu escuela. Bibliotecas, acceso a tecnología, asesoramiento en materia de emprendimiento, orientación laboral, becas, programas de intercambio con otras escuelas… Son muchos los elementos de valor añadido que tu centro formativo puede ofrecerte al margen de lo puramente académico.
- Participa en las actividades complementarias. Seminarios, talleres, encuentros, actividades lúdicas… Las escuelas de negocios suelen organizar todo tipo de actividades alrededor de su oferta formativa, muchas de las cuales pueden ser muy interesantes para un estudiante de Máster ya que complementan la formación “formal” con contenidos más prácticos y de actualidad, además de constituir nuevas oportunidades de networking.
- Inscríbete en la Bolsa de Empleo que la mayoría de escuelas tienen entre los servicios que prestan a sus estudiantes, ya que es una excelente vía de acceso a oportunidades laborales. Además, las prácticas profesionales que muchos másteres incluyen en su programa de estudios pueden ser una puerta de acceso al mercado laboral, gracias a los convenios de colaboración que los centros formativos mantienen con empresas de primer nivel.
- Hazte visible. Sé activo, conviértete en un miembro implicado de tu escuela y de tu proyecto formativo. Participa en las actividades del aula. Mantente al tanto de las novedades del centro a través de sus redes sociales y hazles saber tu opinión. Manda tus críticas y sugerencias de mejora, o tus felicitaciones si crees que se las han ganado. A tu escuela no le pasará desapercibido tu interés y tratará de darte motivos para mantenerlo.
- Establece vínculos duraderos. Si tu escuela cuenta, además, con una Asociación de Antiguos Alumnos (Alumni), asociarse a ella es una buena manera de mantener vivas esas relaciones una vez que terminen tus estudios. Te permitirá aprovecharte de descuentos, oportunidades y, en general, crear sinergias. Las escuelas cuidan de sus antiguos alumnos y les gusta saber de ellos.
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