La conocida cadena McDonald’s fue la que creó por primera vez en el mundo una universidad corporativa (UC) en 1961. Aun así, en nuestro país, no se instauró la primera institución de estas características hasta que Gas Natural Fenosa apostó directamente por el aprendizaje corporativo en el año 2000. A pesar de este retraso, en estos quince años han sido muchas las empresas españolas que han decidido crear una UC con el principal objetivo de fomentar la formación de los trabajadores, mediante la adquisición de nuevas competencias, para garantizar el futuro de la compañía.
En este sentido, la UOC y Overlap reunirán a las principales firmas españolas con UC propias, el jueves 29 de octubre en Madrid, dentro de la I Jornada Corporate U, que lleva por título Las universidades corporativas: garantía de evolución de las organizaciones. Gas Natural Fenosa explicará los retos y dificultades que se encontraron cuando crearon la primera UC en España y los cambios que se han producido en estos quince años de experiencia. Asimismo, otras multinacionales de la talla de BBVA, Indra, Repsol o el Grupo Santander debatirán los numerosos beneficios de contar con una UC y darán a conocer las singularidades y las necesidades de sus respectivas instituciones formativas.
Actualmente, cuatro compañías españolas cuentan con universidades corporativas reconocidas por la Fundación Europea para el Desarrollo de la Gestión (European Foundation for Management Development, EFMD), aunque son muchas más las que disponen de una organización similar a la UC. Según Toni Ramos, consultor corporativo de la UOC, el principal motivo de este auge se debe al hecho de que «las universidades corporativas ayudan, tanto a los directivos como a todos los empleados, a difundir la cultura y los valores de la empresa. Por este motivo, se puede afirmar que la formación interna tiene claros efectos en la competitividad de las empresas y también en su productividad».
En opinión de Antonio Rubio, socio director de I+D+I de Overlap, «las universidades corporativas adquieren un carácter estratégico, ligado a los objetivos de negocio de la compañía, lideran la gestión del conocimiento en las empresas y se convierten en lugares de creación, investigación y transmisión de una cultura corporativa».
Por ello, se constata que la irrupción de la UC ha significado un punto de inflexión en el mundo del aprendizaje para adultos, ya que ahora son las mismas empresas las que se encargan directamente de la formación continua de sus trabajadores.
Ámbitos de conocimiento
El auge de las UC ha supuesto que estas escuelas se especialicen gradualmente en cinco grandes ámbitos de conocimiento:
- Habilidades directivas o de liderazgo. Esta tipología de formación se dirige, básicamente, a altos directivos y mandos intermedios.
- Idiomas. Las compañías apuestan, cada vez más, por la expansión internacional, lo que requiere que sus trabajadores dominen cuantos más idiomas mejor.
- Comercial. Formación centrada en técnicas de venta.
- Operativo o técnico. Se identifican las competencias, conocimientos y habilidades de cada puesto de trabajo.
- Tecnología. Formación centrada tanto en el uso de aplicaciones informáticas como en la economía digital.
Vínculo con las universidades
Contrariamente a lo que a simple vista se puede pensar, una de las principales funciones de las UC es establecer vínculos con otras instituciones. Por un lado, los enlaces pueden satisfacer razones económicas para ambas partes. Pero, por otro lado, el vínculo también se produce para mejorar el posicionamiento de las dos instituciones. Contar con docentes universitarios da una garantía de éxito y de prestigio a las UC, ya que pueden aportar distintos puntos de vista, además de una amplia experiencia. Asimismo, la relación universidad-empresa también suele dar motivación a los empleados, quienes pueden optar a una acreditación universitaria oficial.
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