Las estrellas del deporte, ya sea en equipo o de manera individual, pueden enseñar mucho a los directivos según Hays, líder global en la selección de profesionales cualificados. “Podemos aprender de su liderazgo, de su esfuerzo y sacrificio, de su tenacidad, de su capacidad para superar derrotas, de su trabajo en equipo”, señala Alistair Cox, CEO de Hays.
Según Hays hay cinco grandes lecciones que debemos aprender de los líderes del deporte. La primera es la capacidad de delegar. Así, los grandes equipos y figuras deportivas tienen gerentes y entrenadores que delegan de manera muy brillante. Son líderes que saben dar el papel adecuado a cada miembro del equipo, definir claramente sus tareas y prepararles para rendir al máximo de sus capacidades. Los CEOs deben capacitar a los equipos por los roles y responsabilidades delegadas para asegurar que cada tarea recibe el foco y la dedicación que merece.
La segunda enseñanza es la necesidad de cuidar el talento dentro y fuera del terreno de juego. Las empresas deben ofrecer a sus empleados una red de apoyo que asegure que su talento se desempeña bien y consistentemente. No basta con contratar a los mejores talentos en todas las funciones y disciplinas, hace falta también crear un entorno en el que puedan prosperar, se concentren y tengan éxito.
Conocer al competidor, sin obsesionarse, es otra de las lecciones. Cuando una empresa fracasa debe entender el porqué sin perder de vista sus propias fortalezas durante el proceso. Así, en las empresas una parte del equipo tiene que dedicar su tiempo y energía a saber qué es lo que están haciendo sus competidores, el resto debe concentrarse en ser el mejor en el negocio.
La fuerza del carácter es un factor decisivo para el éxito. Un líder no sólo debe ser capaz de aprender de los errores, también debe ser capaz de resurgir de ellos, lo que exige una gran fortaleza de carácter. Ser un buen líder es mucho más que ser el corredor más rápido o el mejor estratega, tiene que ser mentalmente fuerte para tomar las decisiones correctas en situaciones de máxima presión, para aprender del fracaso y recuperarse de él.
La última gran enseñanza que ofrece el deporte a los CEOs, según Hays, es que los grandes triunfos son el resultado de pequeñas victorias en el camino. Victorias que hay que celebrar y disfrutar también para mantener al equipo en la pista y motivarle para trabajar en pro de la próxima gran victoria.
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