Según Luis Goyanes, director de la consultora internacional de Recursos Humanos People Excellence, los modelos de formación y desarrollo son importantes a nivel estratégico porque “si tratamos a las personas como uno de los activos principales de las organizaciones, probablemente querremos verles crecer como queremos ver crecer los activos económicos, financieros o inmobiliarios”.
En su opinión, “un modelo de estrategia que no tenga en cuenta el crecimiento de las personas no va a ser un modelo vinculado con la organización”.
Actualmente existen muchos tipos de metodologías en la formación y desarrollo de los profesionales clave. Metodologías clásicas de modelo presencial; metodologías on line -que han sido muy demandadas en estos últimos años- y otras de diferente naturaleza, mucho más experienciales e individuales.
“Todas son válidas, la pregunta es: ¿para qué las vamos a poner en marcha? Un canal u otro será más efectivo en función del objetivo que persigamos”, señala Goyanes.
Todas las metodologías, realmente, nos aportan un valor incalculable; la vivencia del equipo de las metodologías presenciales; la inmediatez del canal on line, en cualquiera de sus explotaciones… Por su parte, las metodologías más basadas en la figura del coach o mentor nos permiten una implicación y un crecimiento no sólo profesional sino también personal.
La clave -explica Luis Goyanes- está en establecer un mix para la utilización de los diferentes modelos.
Según People Excellence, en la actualidad está teniendo más éxito todo aquello que permite realmente conseguir dos retos: la implicación del profesional y sobrepasar el entorno cortoplacista.
“Los modelos anteriores en los que era la organización la que impulsaba el crecimiento y el desarrollo, y los profesionales de las compañías eran sujetos pasivos, no están siendo muy demandados. Hoy se valora aquello que provoca el compromiso y la implicación personal y profesional de los profesionales”.
“Por otro lado, las metodologías de más éxito son aquellas que van más allá del entorno inmediato; las que nos permiten crecer profesionalmente, no solamente resolver cuestiones profesionales”.
Las tendencias formativas van a venir marcadas por el reto de lograr solvencia y crecimiento. “Hay dos factores que ya están empezando a tener mucho valor. El primero es la apuesta por la innovación y diferenciación. La formación, el desarrollo, tiene que ser un entorno atractivo con una propuesta novedosa. Pero, por otro lado, no queremos respuestas ni experiencias intuitivas; queremos que todo aquello por lo que apostemos a nivel de formación y desarrollo tenga un modelo conceptual y una reflexión de fondo que sea muy solvente”.
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