La cifra del paro juvenil se acerca al 54% y cada año más de 540.0000 estudiantes abandonan la universidad. En este contexto, la empresa busca talento pero no lo encuentra. El IESE está potenciando una línea de investigación que permita diagnosticar la situación y encontrar soluciones. “A los jóvenes, les enseñamos muchas teorías pero no les enseñamos las competencias que les permitirán encontrar un trabajo”, asegura el profesor Pin, coordinador de esta línea de investigación.
El estudio “Armonizar la educación con el empleo en España” es uno de los frutos de este trabajo. Desde hace un año, el IESE y Grupo Persona han organizado una serie de encuentros entre más de cuarenta expertos en recursos humanos de diferentes sectores, a los que se ha agrupado en cuatro áreas, que analizan los temas claves del problema:
1. Talento requerido y talento disponible: incongruencias y soluciones
2. Desde la universidad a la empresa: ¿Qué nos falta?
3. La influencia de la formación básica en la empresa
4. La formación emocional: el papel de las actitudes
“Las conclusiones de estos debates han originado 16 recomendaciones. Muchas son recurrentes y conocidas, pero no por ello menos urgentes. Si queremos recuperar el empleo en España hay que actuar ya”, ha señalado el profesor José Ramón Pin. Las vías de actuación se concentran en tres áreas:
1. Cambios en la gestión de los centros educativos que permita aumentar la flexibilidad y reducir la burocracia. “La educación necesita gestores técnicos”, asegura el profesor Pin.
2. Cambios en la orientación al estudiante. Los expertos diagnostican una carencia sorprendente de criterios para que los estudiantes tomen decisiones adecuadas sobre su futuro académico y profesional. Es necesario cambiar la orientación de los planes de estudio para que también se concentren en las competencias denominadas soft (flexibilidad, gestión de las emociones, espíritu emprendedor, proactividad… ) que la empresa está demandando.
3. Cambios en la relación empresa y educación. El modelo de formación dual es imprescindible para conseguir la relevancia de los contenidos académicos para la empresa. En este punto, es especialmente urgente elevar el prestigio de la formación profesional.
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