Los empresarios apuestan por fomentar la empleabilidad de los jóvenes mediante contratos incentivados y un salario mínimo interprofesional (SMI) vinculado a la formación y la formación dual. Para los trabajadores que ya han accedido a un empleo, los empresarios también apuestan por vincular salarios y productividad individual.
Así lo señalan en el primer ‘Barómetro de los Círculos’, elaborado por el Círculo de Economía, el Círculo de Empresarios y el Círculo de Empresarios Vascos, a partir de una revisión selectiva de los principales indicadores elaborados por diversas instituciones internacionales, una encuesta a 154 directivos españoles y más de una veintena de entrevistas individuales con altos directivos de empresas líderes de sus respectivos sectores.
En pleno debate sobre si es el momento de incrementar salarios tras años de moderación, el 19% de los empresarios consideran que una de las tres primeras medidas a adoptar para crear empleo sería «vincular más directamente la retribución y las carreras profesionales a las mejoras de la productividad de cada trabajador individual».
Otro 18% considera que es prioritario mejorar las políticas activas de empleo. Los empresarios hacen especial hincapié en la necesidad de implantar la formación dual, con una «actitud más proactiva» por parte de las empresas. De hecho, consideran que la formación para la empleo exige que se «transfieran más competencias a las empresas de los agentes sociales en la gestión y financiación efectiva de esta formación».
Por otro lado, casi el 13% de los empresarios encuestados apuestan por una simplificación de las modalidades de contrato -tanto en a tiempo parcial como a tiempo completo– en tres: indefinido, por necesidades empresariales (de duración determinada), y de empleo juvenil, de carácter formativo.
Los empresarios insisten también en reducir las indemnizaciones por despido para equiparar contratos temporales e indefinidos, tendiendo hacia los 18 días de media por año trabajado que rigen de media en países como Reino Unido, Portugal, Alemania y Suecia.
Al mismo tiempo, un 11% de las respuestas priorizan el «condicionamiento estricto del acceso a la prestación por desempleo o su reducción» para incentivar la ocupación.
Por último, los empresarios apuesta por introducir mayor flexibilidad interna en términos de movilidad funcional de los trabajadores, incluso entre grupos profesionales diferentes, potenciando la «polivalencia funcional».
Respecto a la valoración de la última reforma laboral, los empresarios siguen echando en falta mayor certidumbre sobre la aplicación que los tribunales puedan hacer de aspectos como la objetivación de las causas del despido.
MENOS IRPF Y MENOS COTIZACIONES
A las puertas de las aprobación de la nueva reforma fiscal, los empresarios quieren un reducción de la «imposición directa», no sólo en el IRPF. Concretamente, el barómetro indica que el 19% de los encuestados priorizan reducir las cotizaciones que pagan las empresas a la Seguridad Social, también en el caso de los autónomos.
Como contrapeso, los empresarios entienden que «se podría contemplar la reducción de deducciones y bonificaciones en el Impuesto de Sociedades».
Según ha explicado en rueda de prensa el presidente del Comité que ha puesto en marcha el barómetro, Javier Vega de Seoane, la percepción de los empresarios es que «hace falta un fiscalidad más razonable», por lo que piden que «cuando se hagan reformas fiscales no se mire sólo cómo mejorar el déficit, sino también su impacto sobre la competitividad, ya que si se ordeña demasiado la vaca y se queda floja, ésta luego no puede producir».
Por otro lado, los encuestados creen que la lucha contra el fraude es una «prioridad», a lo que añaden que deben incrementarse los recursos para inspecciones de la Agencia Tributaria, agilizar los tiempos, endurecer y dar difusión a las sanciones y «proveer incentivos fiscales para aflorar actividad». En este punto, Vega ha indicado que esta propuesta «en absoluto» se dirige a pedir una amnistía fiscal.
Otras de las recomendaciones del estudio apuntan a la necesidad de eliminar trabas «burocráticas, fiscales y laborales» que impiden la aparición y el crecimiento de las empresas y el desarrollo de un programa coordinado de todas las administraciones públicas para agilizar la obtención de permisos y licencias de actividad. «No nos pongan barreras para crecer, es absurdo», ha añadido Vega.
Desde el punto de vista de la financiación, el estudio apuesta por disminuir la morosidad, principalmente de las administraciones, y disminuir la dependencia de la financiación bancaria.
En el caso de las infraestructuras, los empresarios piden un marco regulatorio «predecible y estable», al tiempo que apuestan por una mayor innovación en los procesos y productos y por fomentar la innovación interna en las empresas.
REDUCIR EL PESO DE SINDICATOS Y PATRONALES
Otra de las conclusiones apunta a que las empresas valoran muy negativamente el papel de los agentes sociales, tanto de los sindicatos como de la patronal. «Se ha detectado que las grandes empresas, generalmente sujetas a convenio de empresa, han mantenido buenas relaciones laborales, lo que en general les ha permitido realizar los ajustes necesarios en sus plantillas y ajustar sus necesidades».
Vega ha explicado que, en el caso de los sindicatos, se ve su papel como «demasiado intermediado». «España es un país moderno y muchas veces la empresa, directamente con sus trabajadores, puede hacer mucho mejor las cosas, sin que que haya en medio un sindicato o una patronal excesivamente alejada de las necesidades de la empresa».
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