La accesibilidad en la oficina

Cuando hablamos de accesibilidad universal de los edificios, espacios públicos y servicios hacemos alusión a su utilización de forma autónoma y segura por cualquier persona con independencia de su capacidad. Las oficinas, en particular, ejercen dos funciones, una de centros de trabajo y otra relacionada con la prestación de servicios. Por ello, es necesaria su adecuación para hacerlas accesibles por todos los posibles trabajadores y usuarios. Por ello, los lugares de trabajo deben ser diseñados y dotados de los elementos necesarios para permitir que todo el mundo, con independencia de sus características y condiciones personales, pueda acceder y disfrutar de los servicios ofrecidos, garantizando la igualdad de condiciones.

Tras la aprobación de la nueva Ley General de Discapacidad, se vuelve a dar un impulso sobre el tema de trabajo, discapacidad e inclusión. Bajo el lema «Vida en Movimiento», ThyssenKrupp Encasa quiere proporcionar información para convertir las oficinas en sitios accesibles para personas que usan silla de ruedas o con movilidad reducida, entre otros perfiles. El objetivo es dar a conocer algunos criterios que permitan garantizar unas condiciones básicas de accesibilidad a las oficinas.

La accesibilidad en la oficina

En general, los edificios, deben disponer de itinerarios accesibles, es decir, que no dificulten el tránsito a un edificio. No sólo la entrada principal de los edificios debe ser accesible (sin peldaños), sino también en las parcelas debe haber un itinerario que comunique la vía pública con la entrada principal al edificio y con los espacios exteriores comunes. Las puertas deben tener unas dimensiones que permitan el paso de sillas de ruedas (0,90 m de anchura por 2,10 m de altura en la de entrada principal) y, además, no deben ser pesadas, para permitir una abertura sin esfuerzo. Sería recomendable disponer de puertas automáticas, para facilitar el paso.

Por lo que se refiere a los ascensores, los edificios deben contar con ascensor desde la planta de entrada hasta las de viviendas, o salvaescaleras  o elevadores en su defecto. Las dimensiones del ascensor deben permitir la entrada de una persona en silla de ruedas y su acompañante, y realizar las maniobras necesarias. Si el edificio no tiene ascensor, se debe prever su instalación. Los aparatos elevadores especiales cumplen su reglamentación específica. Por otro lado,  el diseño de los despachos de oficina debe ser muy flexible y funcional, con un equipamiento (mobiliario, equipos, herramientas) que pueda ser readaptado según las necesidades. Es muy importante que la distancia entre las mesas de trabajo sea suficiente para facilitar el desplazamiento y la actividad. Los espacios comunes – como cafetería, bar, etc. – deben ser amplios, con puertas y pasos de un mínimo de 80 y 1,05 cm, respectivamente. Los aseos también deben ser accesibles. Por ultimo, en el tema de seguridad, el dimensionamiento de todas las salidas de emergencia debe ser acorde a las características de todas las personas.

La incorporación de personas con discapacidad al mundo laboral no es posible si no se realizan primero acciones para posibilitar la accesibilidad. Para Belén Galán, responsable de Marketing de  ThyssenKrupp Encasa: “el cambio debe comenzar desde el propio lugar de trabajo de las personas con limitaciones. Los auspicios son positivos y se espera que la recién aprobación de la Ley General de Discapacidad impulse además la corrección del bajo grado de accesibilidad que existe en los edificios de uso públicos en nuestras comunidades”. Y añade: “lo importante es para la persona con discapacidad que en su oficina se adecúen los elementos que le faciliten el ejercicio de su derecho al trabajo.