Tuenti, la empresa donde cada empleado es su propio jefe

Algunas de las todopoderosas empresas tecnológicas nacieron en un garaje. Allí, sus fundadores, un grupo de amigos por lo general con unas mismas inquietudes, trabajaban por un objetivo común: sacar adelante su propio proyecto.

Sin jefes que controlaran las horas que echaban, con la guitarra eléctrica o el futbolín a mano para relajarse y cambiar de actividad, cerca de una neverita cargada de refrescos…

Luego, esas startups crecen, las absorbe otra compañía y, como es de esperar, ese espíritu de los inicios va desapareciendo. Tuenti , ahora en manos de Telefónica, no renuncia a ese ideal. En una visita a su sede de Madrid, descubrimos cómo el hecho de que sus trabajadores superen ya los dos centenares no es inconveniente para intentar conservar ese aire de los inicios, hace siete años. Sebastián Muriel, vicepresidente corporativo de la red social made in Spain, resume así el concepto de estas peculiares oficinas: «Es un espacio que facilita el trabajo en equio en un entorno práctico y a la vez acogedor e inspirador».

Lo primero que sorprende es encontrar tal explosión de color en la sexta y octava plantas del histórico edificio de Gran Vía, 28. Llama la atención también que no haya ningún despacho, sino un gran espacio diáfano como si se tratara de la redacción de un periódico. En cambio, encontramos hasta 22 salas de reuniones de todos los tamaños -incluso algunas individuales para conference call?-. Como detalle curioso, cada una de estas salas lleva el nombre de un célebre innovador -no necesariamente tecnológico- desde Galileo a Tesla, sin olvidar a Mozart o Shakespeare. Todos ellos fueron elegidos en su día por votación entre los trabajadores. Por cierto, las reuniones en esas salas suelen ser breves, de no más de 20 minutos por lo general.

«Pero lo más importante en Tuenti no es el espacio físico, sino el hecho de que puedes trabajar al lado de los mejores, el ambiente es increíble, y el talento que tienes alrededor es lo que marca la diferencia, aprendiendo de los mejores», presume Muriel. La edad media de la plantilla ha evolucionado al mismo tiempo que aumentaba la del fundador de esta red social, Zaryn Dentzel, ahora con 29 años. Gente muy joven, urbanita y también internacional, representantes de una veintena de nacionalidades. Preocupados por el entorno, su conciencia medioambiental no sólo les lleva a reciclar casi todo, sino en lo que consumen en el comedor.

Allí, por precios simbólicos -dos euros el plato caliente, un euro la ensalada y bebidas a cargo de la empresa- se ofrece una alimentación muy sana y biológica. En este caso, el método para pagar es tan sencillo como dos cajas de cartón en las que a modo de hucha se insertan los vales prepagados.

Sé tu propio CEO

Como en todo, nadie vigila si ha puesto el papelito. Todo el mundo es lo suficientemente mayorcito para ser responsable de lo que hace. De hecho, al fundador de esta red social, a Zaryn Dentzel, le gusta decir eso de «be your own CEO» (sé tu propio CEO). Con esto quiere dejar claro que se trabaja por objetivos, que nadie va a estar vigilando si cada uno hace lo que tiene que hacer. Máxima libertad, máxima responsabilidad que dirían otros. Eso también se nota en el horario de trabajo, de 10.00 a 19.00, pero con facilidad para el teletrabajo -de hecho, la mayoría trabaja con portátil para permitir esa movilidad-.

Todo en Tuenti está pensado para crear el mejor entorno laboral, algo que por supuesto tiene su correlato lógico en la eficiencia y en la productividad. En las reuniones semanales de los viernes por la tarde, cada departamento cuenta sus novedades y hace una puesta al día del proyecto en el que está trabajando. En comunicación con la oficina de Barcelona, donde hay otros 30 compañeros, todo acaba con unas pizzas, un pique al futbolín, una partida a la consola o un concierto improvisado.

«En este momento de la historia de Internet y las comunicaciones, queda mucho por hacer y mucho por cambiar. La clave del éxito de Tuenti ha sido siempre contar con un gran equipo, trabajar con mucho empeño para ofrecer la mejor solución de comunicación para los usuarios y hacerlo precisamente con una firme creencia en que está todo por hacer y que todo se puede mejorar. De hecho estamos reinventando Tuenti, poniendo el móvil en el centro de la estrategia por partida doble: con nuestras nuevas aplicaciones móviles y con el primer operador móvil virtual de carácter social, Tuenti Móvil, e integrando ambos mundos. Compartir la pasión por un reto es lo más importante», explica Muriel.

Nos preguntamos por qué no es más común encontrar este tipo de entornos de trabajo. ¿Es exportable a otros sectores? «Yo creo que poco a poco en España las cosas han ido cambiando y cada vez hay más proyectos nuevos que comparten esta visión», explica Muriel. Para el vicepresidente corporativo de Tuenti , «España tiene que establecer medidas que cambien de forma positiva la cultura de emprendimiento y aprender de ejemplos de éxito en otros países. Vivimos en un entorno global y hay que convertir España en el lugar idóneo para que las personas con talento y altamente cualificadas puedan fundar una compañía o conseguir un empleo. Donde muchos sólo ven obstáculos, debemos ver oportunidades, como empresas, como sector y como país».