RRHH Digital La presidenta del Grupo Codorníu, Mar Raventós, recordó en el almuerzo coloquio con mujeres empresarias de la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar de Madrid (ADEFAM), la necesidad de establecer normas y protocolos para conseguir que las empresas familiares superen los posibles problemas que conlleva la sucesión y el cambio generacional.
El Grupo Codorníu, con nueve marcas, es uno de los más importantes del mundo en el sector vitivinícola. Cuenta con nueve bodegas y viñedos en diversas denominaciones de origen, aparte de Argentina y California, y distribuye sus productos a casi todo el mundo. Con 800 empleados, es un ejemplo de empresa familiar, tanto por su organización como por su forma de hacer, ya que ha sabido combinar expansión y modernización con el mantenimiento de la familia.
Mar Raventós accedió a la presidencia del consejo de Administración en 1999, después de años de trabajo en la empresa familiar. Para la Presidenta, el secreto de la supervivencia del grupo, que ahora se encuentra en 15ª generación, es que la relación de la empresa y la familia sea organizada mediante un estricto protocolo que regula la función de cada uno en la organización.
Grupo Codorniú tiene un protocolo para el funcionamiento de su Junta de Accionistas, donde participan los miembros de las distintas ramas de la familia, y cuyo control se realiza desde el Consejo de Administración, compuesto por diez miembros (todos familiares, menos un independiente). “La labor de gestión se lleva a cabo de forma separada bajo los principios de la profesionalización y este estricto protocolo, que sólo permite que cuatro miembros de la familia trabajen en la empresa”, añade Raventós.
La Presidenta señala que las relaciones con la familia giran en torno a una cita familiar que se celebra anualmente y que llega a reunir a más de 500 personas. “Se trata de dar a cada uno sitio en la empresa y ahondar en el orgullo de pertenencia en esta organización”, añade.
Otro de los secretos de esta compañía centenaria es que ha sabido adaptarse a cada momento de su singladura. En la actualidad, atiende a todas las novedades tecnológicas que puedan mejorar su producción e incorporar regularmente nuevos productos. “La ventaja de tener bodega en Argentina, es que se recogen dos cosechas al año, por lo que la experimentación e implantación de innovaciones es muy rápida”, señala Raventós.
En la cita con las mujeres empresarias de ADEFAM, también se debatió sobre la conciliación de la vida familiar y el trabajo de la mujer empresaria. Raventós apuntó que al igual que en la empresa, se trata de darle a cada uno su papel, y sobre todo, funcionar con el criterio de la organización. “Las mujeres no tenemos que tener miedo de afrontar retos”, tanto desde el punto de vista empresarial como familiar.
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