A medida que las organizaciones se enfrentan a un entorno empresarial en constante cambio, la clave para su supervivencia puede estar en un giro hacia el liderazgo centrado en las personas.
Dos tercios de los profesionales (63%) han admitido que una de las principales razones para dejar su anterior empleo fue la falta de “conexión” con el equipo directivo. Además, el 68% afirmó que su salida se debió a “promesas vacías” por parte del equipo de dirección, ya que los profesionales sienten que los líderes que no cumplen lo que dicen erosionan su confianza.
Así lo apunta el informe de la firma global de soluciones de talento Robert Walters denominado Principales tendencias globales de talento, que destaca el liderazgo centrado en las personas como una tendencia clave que cualquier organización necesitará para tener éxito en un convulso año 2025 y en el futuro.
Las empresas que cuentan con un enfoque organizacional centrado en las personas o people first tienen un 50% más de probabilidades de fidelizar al mejor talento, y además, multiplican por 2,6 veces las probabilidades de cumplir sus objetivos de negocio.
“En el entorno laboral actual, que está en constante evolución, un liderazgo de éxito será más sencillo de lograr cuando los líderes priorizan a las personas, especialmente ahora que los profesionales piensan en la IA como una tecnología que puede reemplazarles. Las empresas siempre necesitarán personas”, comenta desde una perspectiva global Gerrit Bouckaert, CEO de Robert Walters Recruitment.
Además, aconseja: “Al igual que inviertes en I+D y tecnología, también deberías hacerlo en las personas. Los líderes empresariales que inviertan en seguridad psicológica, flexibilidad y aprendizaje continuo, podrán construir equipos más fuertes y comprometidos, que aseguran el éxito del negocio”.
Señales de un liderazgo deficiente
En el citado estudio, cuando se les preguntó cuáles son los rasgos comunes de un liderazgo deficiente o poco auténtico, los profesionales enumeraron:
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72% – Falta de transparencia. Los profesionales pierden la confianza en los líderes que retienen información o no explican las decisiones tomadas.
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66% – Inconsistencia. Los líderes que dicen una cosa pero hacen otra tienen dificultades para ganar respeto a largo plazo.
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44% – Evitar la responsabilidad. No admitir errores o no asumir responsabilidades lleva a una cultura de culpabilización.
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30% – Ignorar el bienestar de los empleados. Los líderes que priorizan el beneficio del negocio sobre las personas, crean un ambiente laboral tóxico.
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28% – Micromanagement. La falta de confianza en las habilidades de los profesionales puede afectar directamente a la innovación y la motivación.
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22% – Favoritismo. Un trato desigual entre los miembros del equipo fomenta el resentimiento y la desconexión.
“Creo sinceramente que el liderazgo humanista es clave para un equipo de alto rendimiento, y eso es algo que vemos día a día en los procesos de selección de las empresas con las que colaboramos en España. Yo les pregunto: ¿estás haciendo todo lo posible como organización para que la gente se sienta empoderada y motivada para generar resultados? La respuesta a esta pregunta es lo que desmarca actualmente a una empresa de su competencia”, apunta Juan José Jiménez, Director en Robert Walters.
El liderazgo people first implica que los líderes vayan más allá de su identidad profesional para mostrar su auténtico ser a través de la empatía, la inclusión y la motivación.
“Un buen líder debe estar disponible y escuchar activamente para saber lo que le ocurre a su equipo, qué les preocupa y qué necesitan de ti. Con un líder ausente los vínculos de confianza se rompen y las empresas sufren. Por eso suele decirse que la gente no se va de sus empresas, se va de sus jefes o de un ambiente tóxico”, finaliza Jiménez.