Septiembre marca el fin del verano y el regreso a la rutina. Mientras los niños se preparan para la vuelta al cole, los adultos retoman sus responsabilidades laborales. Y a su vez, una nueva generación hace su entrada en el mercado laboral, la ya famosa Generación Z. Estos jóvenes, los primeros nacidos en un mundo digital, se suman estos días a una fuerza laboral formada por Millennials, Generación X y Baby Boomers. La convivencia de estas cuatro generaciones en un mismo entorno laboral no siempre es fácil, y presenta tanto oportunidades como desafíos para los directivos de Personas, que deben buscar aliados que faciliten este proceso.
El impacto positivo de tener varias generaciones en tu empresa
La diversidad generacional en una empresa puede ser una gran ventaja competitiva y un aspecto diferenciador de la competencia.
Según el World Economic Forum, las empresas que fomentan la diversidad generacional experimentan mayores niveles de innovación, creatividad y rendimiento gracias a la combinación de diferentes perspectivas y conocimientos que cada generación aporta. Más aún, la diversidad generacional en la empresa fomenta la mentoría natural: los colaboradores de mayor edad pueden compartir su vasta experiencia con los más jóvenes, quienes a su vez aportan habilidades tecnológicas y tendencias actuales.
Sin embargo, Deloitte destaca cómo sólo un 6% de los líderes empresariales se sienten completamente preparados para manejar esta diversidad generacional de manera eficaz.
El delicado equilibrio de gestionar la diversidad generacional desde el área de Personas
Uno de los retos más comunes es la comunicación: mientras que los Baby Boomers pueden preferir conversaciones cara a cara, los Millennials y la Generación Z son más adeptos a las plataformas digitales y la comunicación instantánea.
En un plano más profundo está la gestión de expectativas. Los diferentes valores y prioridades de cada generación pueden dar lugar a diferencias en lo esperado respecto a la cultura corporativa, las oportunidades de crecimiento y los beneficios laborales. Por ejemplo, mientras los Baby Boomers podrían valorar la estabilidad y las recompensas a largo plazo, los Millennials y la Generación Z pueden estar más interesados en la flexibilidad y el reconocimiento inmediato.
Las organizaciones tienen por tanto que buscar un equilibrio frágil, creando oportunidades para que los más jóvenes avancen (o arriesgarse a perderlos) y a su vez consiguiendo que aquellos perfiles con más seniority se sientan incluidos. Aquí es donde las soluciones de bienestar personalizadas, como las ofrecidas por Wonest, pueden marcar una diferencia significativa. Con estrategias sólidas, basadas en las diferentes etapas vitales que cada colaborador atraviesa, y que permitan integrar y aprovechar al máximo el potencial de todas las generaciones presentes en la empresa.
Al fomentar un entorno en el que cada generación se sienta valorada y comprometida, las empresas no sólo fidelizan y atraen a su talento objetivo, sino que también se posicionarán mejor para enfrentar los desafíos del futuro. En este sentido, contar con aliados que comprendan y acompañen este proceso, como Wonest, puede marcar la diferencia entre una empresa que simplemente sobrevive y una que verdaderamente prospera.
Septiembre no es solo el mes de la vuelta al cole, sino también una oportunidad para renovar el compromiso con una cultura laboral inclusiva y adaptada a todos.