Alan es una compañía disruptiva en el sector de los seguros de salud para empresas, dedicada a redefinir la experiencia de cuidado médico a través de soluciones tecnológicas avanzadas. Como partner de salud para empresas, Alan busca reinventar la forma en la que nos cuidamos y construir entornos de trabajo más saludables, transparentes y accesibles. En España, la empresa cuenta con oficinas en Madrid y Barcelona. Desde Kaatch, la startup de HRTECH, han tenido la oportunidad de hablar con Javier Alemán, su Global Talent y Employer Brand Lead en Alan, que les ha explicado cómo su gestión del talento ha sido clave para hacerse un hueco en una industria tan competitiva.
Javier les ha contado que su misión en España es alcanzar los 130 “Alaners” (así es como se autodenominan los trabajadores de la empresa) y llegar a dar servicio a 300.000 personas. El reto ahora es encontrar al talento adecuado, y mantener la cultura que les ha hecho llegar tan lejos. Pero, ¿cuáles son las claves para conseguir todo esto?
Navegando los desafíos del sourcing de talento tecnológico
Para triplicar un equipo de una insurtech en tres años, Javier destaca varios desafíos a los que se tiene que enfrentar Alan. En primer lugar, la competencia por el talento especializado, seguido de entender las prioridades generacionales, ser capaces de comunicar la propuesta de valor de Alan o apalancarse en la tecnología y automatización.
“El mayor reto que encontramos a la hora de contratar es la competencia por profesionales tecnológicos”
“Además, las generaciones entrantes en el mercado laboral, hablamos de Millennials y Generación Z, tienen expectativas y valores distintos a los de las generaciones anteriores, incluyendo un fuerte enfoque en el propósito y el impacto social de su trabajo”, relata.
Unido a estos retos, las compañías se ven obligadas a destacar entre todas las alternativas que pueda tener un candidato. Para ello es, cada vez, más importante trabajar en la propuesta de valor al empleado.
“Hemos detectado que las nuevas generaciones buscan algo más allá del salario. Los candidatos buscan beneficios y una cultura que se alinee con sus valores personales y profesionales. Esto puede incluir desarrollo profesional, compromiso con la sociedad o un buen equilibrio entre la vida laboral y personal. Este balance se ha convertido en algo fundamental para los trabajadores de hoy, incluyendo no solo horarios flexibles, sino también una cultura empresarial sana y que promueva el bienestar”, sostiene Javier. “Últimamente se valora mucho el uso de la tecnología. En especial la IA. Ahora los empleadores necesitan empezar a usar IA y los empleados también. Las empresas punteras en IA y nuevas tecnologías atraen al talento. Los talentos están mirando eso, cómo se implementa la tech y si se está invirtiendo.”, añade.
Superar los desafíos en la búsqueda de talento tecnológico requiere una estrategia multifacética que responda a las dinámicas cambiantes del mercado laboral. Por eso, Alan, reconoce la importancia de adaptarse a las expectativas de las nuevas generaciones ofreciendo, no solo un paquete salarial competitivo, sino también una cultura empresarial atrayente y beneficios que estén en armonía con sus valores y aspiraciones personales.
Cuatro elementos para formar un equipo de éxito
A la hora de seleccionar y gestionar el talento, el trabajo no acaba en la atracción. Una vez has logrado seducir a dicho talento, empieza lo más importante, construir un equipo exitoso con la propuesta de valor y la cultura de empresa.
Para Javier, “los equipos exitosos son aquellos que cuentan con personas de gran talento individual que consiguen mejorar y aportar al resto del equipo: 1+1 siempre tiene que ser más que 2. Y para conseguir esto, es necesaria una combinación de habilidades técnicas y un fuerte alineamiento con la cultura de la empresa. En Alan, creemos que la excelencia viene con la responsabilidad y autonomía, pero también requiere trabajar colectivamente hacia un objetivo común y social, cuidándonos unos a otros. Esta filosofía se refleja en nuestra propuesta de valor, donde Alan se describe como un lugar donde la excelencia se encuentra con el cuidado de la salud. (Alan is the place where excellence meets (health) care)”.
“Los equipos exitosos son aquellos que cuentan con personas de gran talento individual que consiguen mejorar y aportar al resto del equipo”
Y, para conseguir ese equilibrio perfecto entre habilidades y el alineamiento cultural, Alan sigue una política de selección muy estricta que ayuda a minimizar los errores.
El «playbook» de Alan para encontrar el talento adecuado
- Reclutamiento basado en valores: Buscamos candidatos que no solo tengan las habilidades técnicas necesarias, sino que también compartan nuestros valores de transparencia, cuidado mutuo y un compromiso con la excelencia. A la hora de contratar nos guiamos por nuestros principios
- “Contratamos misionarios, no mercenarios”: En Alan, motivamos a los empleados a través de nuestra misión de transformar la salud y generar impacto social, sin recurrir a comisiones o bonos. Ofrecemos remuneraciones justas, oportunidades de promoción cada 6 meses y hacemos que cada empleado sea copropietario de Alan con nuestra generosa política de acciones. Ni siquiera el equipo de ventas trabaja a comisión.
- «Subimos el listón cuando contratamos»: En Alan, necesitamos construir una organización formada por personas de alto rendimiento, con una densidad de talento muy alta. Para ello, contratamos sólo a personas que nos impresionan en su campo y en las que estamos dispuestos a confiar la responsabilidad de diferentes temas. Cuando contratamos, nos hacemos preguntas como: ¿Admirarás a esta persona? ¿Subirá esta persona el nivel medio de eficacia del grupo en el que entra? ¿En qué área podría ser esta persona una superestrella?
- Proceso de selección riguroso: Nuestro proceso de selección no solo evalúa las competencias técnicas, sino que también profundiza en cómo los candidatos se alinean con nuestra cultura y valores. Esto incluye discusiones sobre escenarios reales y cómo abordarían desafíos específicos, permitiéndonos evaluar su enfoque hacia el trabajo en equipo y la resolución de problemas.
“Como parte de cada proceso, la última fase es un “Alan day” donde la persona se pasa un día entero en la oficina o en remoto conociendo de primera mano nuestra cultura y forma de trabajar. ”
- Desarrollo y crecimiento: Una vez que los miembros se unen a Alan, fomentamos un entorno de aprendizaje continuo y crecimiento personal. Nuestra cultura de alta exigencia se equilibra con el apoyo del equipo y, más específicamente, de la figura del coach, que todos tenemos en Alan. Su objetivo, es el mero desarrollo profesional y personal del Alaner dentro de la empresa. A través del sistema de coaching aseguramos que todos los empleados de Alan puedan alcanzar su máximo potencial.
- Feedback y transparencia: El feedback constante y la transparencia son clave en Alan. Esto nos permite ajustar y mejorar continuamente nuestro enfoque, tanto a nivel individual como de equipo, asegurando que todos estén alineados con nuestros objetivos comunes y valores. En Alan, contamos con 2 procesos de revisión de rendimiento al año, pero, además, tenemos un sistema de feedback continuo instaurado en la empresa para no dejar de crecer entre un ciclo y otro.
Alan basa el éxito de su equipo en la combinación de habilidades técnicas excepcionales y un fuerte alineamiento cultural, dando la misma importancia a ambos elementos. Al centrarse en estos aspectos, pueden construir equipos altamente efectivos y comprometidos, además de equipados para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades en el dinámico sector de la salud tecnológica.
La cultura de Alan como pilar para contratar el talento adecuado
El equipo de Alan, realiza de forma continuada un trabajo de definición y mejora de la propuesta de valor para los empleados. Dada la enorme importancia de encontrar talentos con un alineamiento cultural, este paso es esencial.
La propuesta de valor de la empresa es única. Esta se basa en tres pilares fundamentales:
- Una misión inspiradora: cambiar radicalmente el mundo de la salud para mejorar la vida de las personas. Esta ambición no es solo una frase en un mural de la oficina; es el norte que guía cada proyecto, cada innovación, cada decisión.
- Valores sólidos que cimenten un entorno saludable para el crecimiento profesional. «Nuestra cultura,» explica Javier, «aboga por una transparencia radical. Desde las evaluaciones de desempeño hasta los salarios, todo es público. Promovemos una toma de decisiones abierta, documentando y discutiendo cada paso en una plataforma accesible por todo nuestro equipo. Esto crea un espacio de trabajo basado en la confianza, donde todos están informados y pueden contribuir activamente a la conversación.»
- Contratar gente talentosa y que no tema a la autonomía. Alan no se fija exclusivamente en la experiencia previa o el tiempo en la empresa. «Lo que valoramos es la capacidad de asumir responsabilidades individuales desde el día uno, con la expectativa de generar un impacto significativo. Buscamos personas que no solo quieran ser parte de la empresa, sino que aspiren a moldearla y hacerla crecer con nosotros.»
Javier, desgrana la esencia de lo que hace a Alan tan especial en el competitivo mundo de la insurtech. «Nuestro enfoque,» comienza, «está cimentado en tres pilares fundamentales que, en conjunto, no solo transforman el panorama de la salud, sino que también enriquecen la vida profesional y personal de quienes forman parte de nuestra familia.»
Sin embargo, la propuesta de valor no termina aquí, la transparencia es esencial para la empresa. De hecho, al empleado no solo le cuentan lo que va a encontrar en la compañía, también inciden en qué es y qué NO es Alan. Javier nos ofrece una mirada sin filtros, enfatizando en que su cultura distintiva y su entorno de trabajo no son para todos. Esta honestidad se alinea perfectamente con el núcleo de la empresa: la transparencia radical. «Nuestra intención,» explica, «es ser absolutamente claros sobre lo que significa trabajar aquí. Queremos que cada persona que se une a nosotros, o está considerando hacerlo, comprenda profundamente lo que Alan representa.»
“Nuestra cultura está muy marcada por la transparencia. Todo se hace en público, desde la toma de decisiones a cualquier nivel, hasta las evaluaciones de desempeño. Incluso el salario de cada Alaner es público”
En este sentido, Alan se presenta como un lugar que NO siempre es cómodo, «No pretendemos ser un lugar de trabajo fácil. Nuestros estándares son altos porque buscamos la excelencia en todo lo que hacemos. Esto significa que la cultura de alto rendimiento que fomentamos puede ser exigente.» Asimismo, se define como un sitio de trabajo donde NO siempre acertarás. En Alan, equivocarse es parte del proceso de aprendizaje. Lejos de desalentar los errores, en esta insurtech los ven como una oportunidad para crecer y mejorar.» Alan NO es estático; “valoramos la adaptabilidad sobre la experiencia previa. Animamos a nuestros equipos a abordar los problemas desde perspectivas nuevas, a desafiar el status quo.»
Además, Javier destaca la autonomía como una piedra angular de la experiencia en Alan. «No esperes que te den todas las respuestas. Aquí, eres dueño de tus proyectos desde el primer día, lo que requiere una fuerte dosis de iniciativa y autosuficiencia. Estamos buscando a aquellos que no solo acepten este desafío, sino que se sientan motivados por él.»
“En Alan eres dueño de tus proyectos desde el primer minuto. Necesitas personalidad para tomar decisiones y aceptar que sean cuestionadas”
Termina con una reflexión que resume el ethos de Alan: «Nuestro enfoque no es para todos, y está bien. Creemos que al ser francos sobre nuestra cultura y lo que esperamos, atraeremos a aquellos que verdaderamente resonarán con nuestra misión y manera de trabajar.»
Este compromiso con la autenticidad no sólo define la identidad de Alan, sino que también asegura que aquellos que se unan estén completamente alineados con los valores y visión de la empresa. En este sentido, Javier destaca cómo la transparencia, la flexibilidad, la confianza y la equidad no son simplemente políticas; son la infraestructura que sostiene a Alan. «Ofrecemos un espacio donde el desarrollo profesional y el compromiso con la sociedad van de la mano, alineando nuestras operaciones con los valores personales y profesionales de nuestro equipo. Así es como atraemos y retenemos a los mejores talentos.»
“Formar parte del equipo de Alan significa sumergirse en un ambiente que desafía constantemente tus límites, a cambio las oportunidades de crecimiento son infinitas. En Alan, cada día es una aventura hacia el logro personal y el éxito colectivo.»
La mirada de Alan puesta el futuro de la selección y gestión del talento
Mirando hacia el futuro, Javier proyecta un panorama evolutivo para la selección y gestión de talento, marcado por transformaciones profundas y aceleradas debido al avance tecnológico, las expectativas emergentes de la fuerza laboral y las demandas crecientes del entorno empresarial. «Estamos al borde de una revolución en cómo atraemos, seleccionamos y retenemos talento», nos cuenta. En este sentido, ha destacado varios vectores clave que definirán este cambio:
Primero, la adopción de tecnología avanzada como la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático. Esto transformará radicalmente los procesos de reclutamiento y gestión. «La IA no solo hará nuestros métodos de selección más eficientes, sino que también nos permitirá tomar decisiones más informadas basadas en analíticas predictivas. Los candidatos, por su parte, se sentirán atraídos por empresas que lideren en la implementación de estas tecnologías,» afirma Javier.
En segundo lugar, la alineación de los valores y aspiraciones de los talentos con la misión y visión estratégica de la empresa se convertirá en un factor aún más crítico. Los candidatos buscan, cada vez más, unirse a proyectos con los que se sientan identificados y que tengan un impacto positivo, como puede ser la revolución del sistema de salud. «La gente quiere sentir que su trabajo tiene un propósito, que contribuye a algo mayor,» dice.
«El desarrollo y la formación continua serán fundamentales,» continúa Javier, destacando que el cambio tecnológico constante exige una fuerza laboral que no solo sea competente hoy, sino que también pueda adaptarse y crecer mañana. Esto requerirá de las empresas un compromiso con el desarrollo de sus empleados, ofreciendo caminos claros para el aprendizaje continuo y la evolución profesional.
Finalmente, la evaluación de las soft skills tomará mayor relevancia en los procesos de selección. «Buscaremos maneras innovadoras de evaluar habilidades como la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y la resiliencia, reconociendo su importancia creciente en el éxito profesional.»
El futuro de la gestión de talento en Alan, y en la industria en general, se perfila como un enfoque más integrado y avanzado tecnológicamente, donde la alineación estratégica y cultural, la flexibilidad, el desarrollo continuo y el bienestar de los empleados edificarán la estructura central. «Estamos configurando no solo el futuro de nuestra empresa, sino también el de todo el sector, preparándonos para liderar en un mundo que cambia rápidamente», concluye Javier con una nota de optimismo y determinación.