Durante los últimos años, las empresas de nuestro país han experimentado una revolución en sus modelos de gestión. El incesante desarrollo de la tecnología ha tenido como consecuencia el auge del teletrabajo, del modelo híbrido o de la creación de nuevas tendencias como las jornadas de cuatro horas.
Estos nuevos modelos de gestión ofrecen una mayor comodidad a los empleados, pero también representan nuevos retos para que las empresas evalúen correctamente su productividad.
Una de las soluciones más utilizadas en este sentido es la medición del trabajo mediante objetivos. Un hecho que se puede ver reflejado en una encuesta realizada recientemente por Steeple, la primera solución de comunicación interna físico – digital, que muestra que el 56% de empresas españolas ya prioriza el cumplimiento de objetivos por encima del número de horas trabajadas, mientras que tan solo un 6% de ellas mide el trabajo de sus empleados solamente por las horas que ocupa en su puesto. El 38% restante utiliza ambos métodos para evaluar a sus trabajadores.
En este contexto, Emilien Delile, country manager de Steeple explica que “En el panorama laboral actual, la medición del trabajo por objetivos se presenta como esencial. Ahora se combinan personas que teletrabajan, con personas en modelo híbrido y perfiles que solo pueden hacer su trabajo de forma presencial. La comunicación interna eficiente entre todas las partes se vuelve indispensable para focalizarse en los objetivos y lograr una buena colaboración. Esto supone un cambio de paradigma radical respecto al modelo clásico basado en horas y horarios rígidos».
Unido a esto, Steeple ha realizado una lista de los beneficios que aporta el trabajo por objetivos:
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Aumenta la motivación de los empleados: Gracias a este modelo, los trabajadores son capaces de descubrir sus capacidades y lograr una gran autonomía, un hecho que permitirá mejorar su motivación y sus aspiraciones para afrontar cada jornada laboral.
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Mejora la productividad y la eficiencia: El trabajo por objetivos convierte cada tarea cumplida en un refuerzo para que los empleados continúen con su labor, un hecho que influye positivamente en la productividad individual y de cada departamento.
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Contribuye a la conciliación de la vida laboral y familiar: Otro de los beneficios de la autogestión es la capacidad de ordenar el tiempo de trabajo y el de ocio, una característica fundamental para conciliar la vida laboral y la familiar. Gracias a una correcta conciliación, se logra una mejora del bienestar y de la motivación, hechos que desembocan en la mejora de la retención del talento
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Mejora las oportunidades de desarrollo de talento: Al percibir que los resultados obtenidos son valorados positivamente, los trabajadores se sienten más comprometidos e identificados con la compañía, por lo que su motivación para continuar su formación y la búsqueda de su desarrollo profesional dentro de ella se incrementará notablemente.
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Diferencia claramente los roles: Otra de las ventajas de este tipo de gestión empresarial es la clara delimitación de las responsabilidades de cada empleado, un hecho que les permitirá ser plenamente conscientes de su función en la compañía y no invertirán tiempo en tareas innecesarias.
Mediante la implantación de este tipo de modelos, las empresas pueden encontrar una gran solución al clásico problema de “calentar la silla” que tanto preocupa a los cargos directivos y al mismo tiempo velar por la mejora del bienestar emocional de sus trabajadores.