Un buen clima laboral es imprescindible a la hora de desarrollar nuestra actividad profesional satisfactoriamente. Aunque, para hacerlo desde la motivación y sentir un vínculo con nuestra empresa, los factores que influyen van más allá del salario que recibimos. En esta línea, la relación que tenemos con nuestros superiores también se convierte en un factor muy relevante a la hora de garantizar un buen ambiente en el trabajo.
Noelia De Lucas, Directora Comercial Nacional en HAYS España, destaca que “un buen jefe debe ser una persona accesible, con quien se pueda hablar, que dé feedback a sus equipos, pero que también sepa recibirlo. Además, también es importante que sepa transmitir la estrategia y visión de negocio, así como que piense en grande y tenga la mirada puesta en el futuro, pero al mismo tiempo entienda la realidad y el día a día de su equipo”.
Asimismo, la directiva señala la importancia de que los líderes tengan pasión por lo que hacen, ya que “esa pasión se transmite”. “Un buen jefe debe traspasar su conocimiento y guiar a la organización. Debe rodearse de un equipo igual o mejor que él, tanto a nivel de soft skills como de hard skills; la idea es trabajar colaborativamente”, añade De Lucas.
Y es que, en muchas ocasiones como esta, cuando hablamos de líder o jefe, nos referimos directamente al CEO de una compañía, pero: ¿cómo deben dirigir los mandos intermedios? Noelia De Lucas afirma que se trata de una figura clave que debe estar perfectamente engranada con la visión y la cultura de la empresa. “Las personas que ocupan mandos intermedios ejecutan una tarea fundamental en el desarrollo y el buen funcionamiento de los equipos. El hecho de trabajar mano a mano con ellos facilita la empatía y la mejora continua, siempre bajo una cultura basada en la confianza y la colaboración”, explica.
Del mismo modo, tampoco hay que perder de vista la importancia de una comunicación efectiva entre los profesionales y sus superiores. “Han quedado obsoletos los sistemas de gestión más coercitivos, en los que puede parecer que te estás jugando tu puesto de trabajo en cada reunión con tu jefe. Desde una relación de confianza, se es más productivo y se trabaja mejor”, afirma De Lucas. Así, la directiva no solo da importancia a las reuniones de equipo o one-to-one, sino también a los encuentros o comidas más informales, que permiten conocer a la persona en su totalidad.
No obstante, hay que tener en cuenta que los formatos de trabajo híbrido se han implantado de manera significativa en las empresas y, ante este paradigma, los encuentros en persona con superiores se pueden haber visto reducidos. La experta de HAYS indica que el teletrabajo nos ha obligado a confiar los unos en los otros, ya que no vemos la forma de trabajar del otro en nuestro día a día. Sin embargo, en empleos totalmente en remoto también se necesita propiciar la buena comunicación, y los responsables de los equipos deben esforzarse en crear espacios donde se fomenten conversaciones más allá de las tareas a realizar. “Se pueden encontrar momentos para compartir conocimientos, vivencias o trabajar de manera conjunta a través de una pantalla”, explica De Lucas.
Actualmente, la diversidad generacional también puede suponer todo un reto para las empresas, pero, según De Lucas, la combinación de visiones diversas puede ser beneficiosa cuando éstas se organizan adecuadamente. “La unión entre la generación de la experiencia con las cualidades que poseen los nativos digitales pueden devenir una mezcla muy positiva para las compañías, bajo un respeto y un objetivo común”, concluye.