Tras la pandemia, cada día son más las empresas que han decidido rediseñar sus oficinas y adaptar el espacio de trabajo a lo que quieren hoy sus colaboradores. Este rediseño es también una manera atraer a la oficina a una fuerza laboral que ya no tiene que acudir todos los días a su centro de trabajo. “Los empleados felices son empleados productivos”, afirma Camilo Agromayor, director general de Ofita.
En su opinión, las oficinas abiertas de años pasados no generan empleados felices. De hecho, los estudios muestran un impacto negativo en la productividad como resultado. Por un lado, las oficinas abiertas generan innovación y colaboración, pero, por otro lado, son perjudiciales para el confort de los empleados y su productividad. Entonces, ¿cómo se logra lo mejor de ambos mundos en el diseño de oficinas?
Según el director general de Ofita, la respuesta la encontramos en las oficinas híbridas y flexibles, entendidas como aquellas en las que conviven diferentes espacios, tanto áreas privadas, como sociales, de ocio y descanso o de innovación, y que facilitan las diferentes dinámicas de trabajo: individual, colaborativo, presencial y/o remoto.
Las preguntas que debe responder su diseño son, según Ofita: ¿Es conveniente la oficina para los empleados? ¿Son adecuados los niveles de ruido? Si no es así, ¿tienen algún lugar tranquilo donde puedan concentrarse? ¿Hay suficientes espacios donde puedan trabajar en colaboración con otros? ¿Su diseño motiva e inspira a los trabajadores? ¿Cuida su salud?
A veces, mejorar la felicidad de los empleados es tan simple como aportarle comodidades que hacen su vida más fácil, desde una silla cómoda hasta una máquina de vending con comida saludable. Si bien una sala recreativa o una de yoga pueden ser lugares excelentes lugar para que los empleados se relacionen con sus compañeros o simplemente se relajen por unos minutos, no son las únicas cosas que las empresas pueden hacer. “Existen algunas mejoras en el diseño de la oficina que pueden contribuir a la felicidad de los empleados y así aumentar la productividad en la oficina”, afirma Agromayor.
Por ejemplo, instalar puestos de trabajo regulables, que se adapten fácilmente a la posición deseada para que los trabajadores puedan trabajar de pie o sentados.
También es importante adaptar la oficina a la tecnología. Una de las consecuencias más populares de la tecnología es el trabajo flexible. Esto significa que las personas pueden trabajar a horas alternativas y en lugares alternativos. Esto les permite una mayor libertad para trabajar y vivir donde quieran, accediendo y compartiendo archivos a cualquier hora y en cualquier lugar.
“Por eso, no se puede pensar hoy en una oficina moderna sin incluir áreas con tecnología para el trabajo en remoto de parte del equipo. Esto significa también que las empresas necesitan menos espacio, puesto que tienen a parte de la plantilla trabajando desde casa, lo que obliga a las empresas a repensar sus espacios para optimizarlos, dándole un nuevo uso, generalmente más social y colaborativo”, señala Camilo Agromayor.
Lograr el bienestar de los empleados pasa también por una buena iluminación y por evitar el ruido. “La productividad cae hasta más de un 65 % en una habitación llena de ruido de fondo; por ese motivo, cada día es más popular ver cabinas acústicas en las áreas operativas de las oficinas. En su interior, las personas se reúnen con otras o las utilizan individualmente para hacer llamadas o trabajar concentrados”.
Crear espacios destinados a la colaboración también ayuda a los empleados a interactuar entre sí, sentirse mejor y ser más productivos, y cuanto más versátiles sean estos espacios mejor, para que puedan reconfigurarse para distintos usos y/o número de personas. Al igual que contar con zonas de descanso y/o ocio donde los empleados puedan recargar baterías o charlar con compañeros. Esto ayudará a mantener motivadas a las plantillas.
Ofita subraya también la necesidad de amueblar la oficina con mobiliario ergonómico, que asegure el confort de sus usuarios y contribuya desde su diseño a crear espacios de trabajo más saludables.
De hecho, según el estudio “Ergonomía y salud en la oficina” de Ofita, un puesto de trabajo ergonómico mejora el rendimiento del trabajador un 25%.
Por el contrario, si no es el adecuado, puede incrementar la fatiga y el malestar; crear estados anímicos poco saludables (depresión, ansiedad, irritabilidad…) y diferentes enfermedades.
El mismo estudio señalaba que el 45% de los trabajadores no estaba cómodo en su puesto de trabajo.
Según Camilo Agromayor, “afortunadamente esto ya está cambiando” y la creación de entornos laborales es cada día más una de señas de identidad que definen a las nuevas oficinas. “La oficina forma ya parte de las políticas de bienestar de las compañías”, afirma.