Un nuevo estudio de los profesores de IÉSEG School of Management, explica por qué algunos empleados subestiman la amenaza que supone la automatización para su continuidad laboral. El estudio, publicado en Information Technology & People, concluye que las mismas herramientas que usan las personas para gestionar el miedo (los llamados “amortiguadores de ansiedad”), hacen que tiendan a pensar que son otros los que corren mayor riesgo de quedarse sin empleo, incluso aunque desempeñen la misma función. Los autores advierten de que esta falsa sensación de seguridad puede reducir la iniciativa de los empleados para aprender nuevas habilidades menos susceptibles de ser automatizadas.
Los mecanismos de supervivencia y la teoría de la gestión del terror
Los autores han conseguido establecer una relación entre las conclusiones de su estudio y la teoría de la gestión del terror. Desarrollada en 1986, esta teoría considera que toda conducta está motivada por el miedo a la mortalidad y describe una serie de mecanismos para gestionar la ansiedad que nos provoca. Los mecanismos o “amortiguadores de ansiedad” son la autoestima, las conexiones interpersonales y la visión del mundo.
A través de una serie de entrevistas a 161 profesionales, los autores descubrieron que el empleo estaba íntimamente ligado a esos tres amortiguadores: el trabajo contribuye a la autoestima de las personas, forma parte de nuestra visión del mundo (es difícil imaginar un mundo sin trabajo) y es fuente de conexiones sociales profundas y duraderas. Todos estos factores actuaban como amortiguadores, lo que explicaba la ausencia de miedo de los entrevistados a perder el trabajo por culpa de la automatización.
El estudio ayuda a comprender los mecanismos de respuesta a las amenazas y pretende ayudar a las organizaciones y a la sociedad en la transición hacia la automatización, a medida que se producen los cambios sociales. Además, los autores señalan que, a largo plazo, es posible que la sociedad tenga que desarrollar otras bases de autoestima y otra visión del mundo menos vinculadas al trabajo.