En el momento actual de multitarea, de dispersión tecnológica y alta presión por conseguir los objetivos, las empresas buscan la forma de ser más eficientes y optimizar el tiempo de sus empleados para conseguir más por menos. Esta es la base del llamado esencialismo, que el entrenador norteamericano de directivos Greg McKeown puso de moda en su libro Esencialismo: logra el máximo de resultados con el mínimo de esfuerzo.
Cada vez son más las empresas que están cambiando su cultura para adaptarla a una entorno cambiante, ágil y flexible. Para Fernando Botella, CEO de Think&Action, el gran desafío actual de los managers es “¿Cómo manejamos el tiempo? Somos lo que hacemos con nuestro tiempo, por eso es vital poner foco en lo que importa y quitar lo que sobra”. En su opinión, es imperativo tener claro el propósito hacia el que se dirige la empresa, manejar bien los datos y conseguir implantar una cultura ágil bajo la premisa hazlo sencillo (Keep it simple).
En el día a día de la empresa o del profesional ese principio debe regir su actividad. Para ello, lo primero es “elegir lo importante”, según Helga Peláez, Deputy HR Director en Daiichi Sankyo. “Es fundamental elegir sin culpa, saber decir no, sin miedo, focalizar y priorizar”. Para allanar el camino, las empresas y los equipos humanos deben “crear un nuevo hábito de trabajo, educar a su entorno, cambiar el lenguaje (nada de tener que, sino elijo hacer) y compartir la visión del esencialismo”. Como ejemplo, Peláez sugiere que en las organizaciones se dedique un tiempo para que todos estén centrados en una misma cosa.
Una vez marcado el objetivo es hora de eliminar lo que sobra para trabajar menos y conseguir más. Mínimo esfuerzo, máxima producción. Y en esto la información en datos es vital para tomar las decisiones más oportunas y conseguir ser más eficientes. Así lo constata, Manel Orihuela, Director General de NACEX, empresa que el año pasado movió 36 millones de paquetes o unidades. “Necesitamos datos fiables, de calidad para ser eficientes, adecuar nuestra estructura y saber qué recursos debemos poner en práctica”. En sus envíos NACEX incluye seis datos de trazabilidad para “optimizar todo el proceso, eliminar desviaciones y dimensionar la estructura”. Orihuela explica que utilizan tres tipos de datos: predictivos, para hacer más con menos y saber qué recursos necesitan; reactivos para comprobar la calidad del servicio y resolver incidencias; y estratégicos, muy importantes para el comercio electrónico y para marcar las zonas calientes de envío y recepción. En su opinión, una de los obstáculos a los que se enfrentan las empresas es el miedo al cambio. “En general todo el mundo tiene resistencias al cambio”, concluye.
Para Fernando Botella, la clave para reducir esas resistencias es poner foco en las personas; “es ahí donde debemos ser más esencialistas”. Las personas, los recursos humanos, son para Eduardo Martín, Consejero y Asesor de varias empresas, el centro de todo. “Saber sus problemas, lo que les preocupa, y aportar soluciones es lo esencial para el éxito de la empresa y su excelencia”. En su opinión, se puede cambiar la dinámica de una empresa y su ratio de productividad “tan solo escuchando a sus trabajadores” como él hizo en Mediamarkt, que en dos meses multiplicó el número de ventas. El esencialismo, para Martín, está calando cada vez más en las empresas sobre todo “desde la pandemia donde hemos visto lo frágiles que somos y damos más importancia a tener tiempo”.
El esencialismo marca la diferencia en las empresas y también en las personas.