El verano llega a su fin y millones de personas tienen que volver a su puesto de trabajo. 2022 ha sido el año en el que las compañías han apostado por una vuelta progresiva a la oficina, bien con un modelo 100% presencial o bien con un modelo híbrido y flexible, que combine el teletrabajo con la actividad presencial.
Así, como cada septiembre, la vuelta a la oficina plantea nuevos retos para las organizaciones. Desafíos que pasan por un cambio en la manera de entender el espacio de trabajo. Un lugar al que los empleados van porque les apetece ir y no porque tengan la obligación de ello.
“Ahora más que nunca debemos diseñar espacios productivos que ayuden a preservar el importante equilibrio entre el bienestar de las personas y el negocio. Para fomentar el bienestar físico, cognitivo y emocional, es necesario que las personas dispongan de diferentes entornos de trabajo para elegir dónde estar en cada momento”, asegura David Martín, director de RRHH de Steelcase Iberia.
En este contexto, las organizaciones deben impulsar entornos de trabajo saludables que fomenten la atracción y la retención de talento. El motivo es claro: un mayor bienestar de los empleados no sólo ayuda a las personas a estar más sanas, sino que también ayuda a ser más productivas, creativas e innovadoras y reduce, al mismo tiempo, las posibilidades de que se produzcan fugas de talento dentro de la organización en favor de la competencia.
Steelcase, consultora especializada en los espacios de trabajo, ofrece las claves para potenciar el bienestar físico, cognitivo y emocional de los trabajadores.
Mejorar la experiencia
Según el último análisis global de Steelcase sobre qué quieren los trabajadores en la nueva era del trabajo híbrido, las personas a las que les gusta trabajar desde su oficina son un 33% más participativas, están un 30% más conectadas con la cultura, son un 9% más productivas y tienen un 20% menos de posibilidades de marcharse.
Para que se den estos factores, las oficinas deben evolucionar, reunir los elementos necesarios para desempeñar el trabajo de forma eficiente. Esto incluye el contar con un edificio dotado del equipamiento necesario, pasando por el diseño integral de ese espacio -formado por diferentes zonas para las distintas tareas del día-, hasta la involucración de las personas en todo el proceso para hacerles partícipes. En definitiva, debe valer la pena para que las personas decidan desplazarse hasta ella.
Contar con un entorno atractivo
Un espacio de trabajo diseñado para el bienestar proporciona un abanico de opciones interconectadas diseñadas para favorecer la realización de diferentes tareas.
Así, se plantean 4 tipos de espacios:
- Espacios individuales que se asignan a una persona o se comparten entre el equipo.
- Espacios de colaboración para interacciones en persona y virtuales que respaldan las diferentes formas de trabajo en grupo.
- Lugares con la privacidad adecuada para el trabajo individual o para estar en soledad y recargar las pilas.
- Áreas para reunirse, socializar y aprender con los compañeros de equipo.
Redefinir la privacidad
Según el último estudio de Steelcase, lo que más valoran ahora mismo las personas en la oficina a nivel global son los espacios de colaboración híbrida, los enclaves unipersonales para reuniones híbridas o la privacidad. Disponer de espacios privados donde poder estar sentado y concentrado una hora o simplemente estar tranquilo durante 20 minutos entre reuniones de gran intensidad para descansar la mente y aclarar las ideas sigue siendo fundamental.
En definitiva, los trabajadores desean alcanzar un equilibrio. Las oficinas abiertas fomentan la colaboración, pero las personas echan de menos un poco de privacidad. El auge de las oficinas abiertas no significa que la privacidad en el espacio de trabajo sea algo del pasado. Disponer de opciones y de determinado control a la hora de trabajar es fundamental para el bienestar y rendimiento de las personas.
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