La trayectoria profesional de las personas se encuentra cada vez más condicionada por su experiencia. En un contexto en el que predominan la escasez de talento y donde millones de personas se cuestionan qué quieren obtener del trabajo, McKinsey Global Institute y la práctica de People and Organizational Performance de McKinsey han publicado el informe Human capital at work: The value of experience, donde se explica la importancia del papel que desempeña la experiencia en la vida laboral de las personas, y cómo ésta puede determinar sus ingresos a largo plazo.
Uno de los principales hallazgos de esta investigación revela que el capital humano constituye aproximadamente dos tercios de la riqueza de una persona media, en términos de ingresos a lo largo de la vida, y que la experiencia en el trabajo aporta la mitad de ese valor. Esta cifra resulta aun mayor para las personas con menor formación, que empiezan a trabajar en empleos menos remunerados sin título universitario, y donde la experiencia se vuelve especialmente importante, llagando a aportar entre un 60% y un 80% de sus ingresos.
«Este informe pone de manifiesto un mundo de posibilidades, donde los ingresos no están necesariamente condicionados por el nivel de educación de las personas. Trabajadores que inician su carrera profesional con una menor cualificación pueden recuperar terreno acumulando habilidades y experiencia profesional. Es aquí donde las empresas tienen una importante labor que desempeñar. Resulta esencial que no encasillen a las personas sólo por sus credenciales y se centren, más bien, en su capacidad de aprender y desarrollarse en el entorno laboral», recalca Amaia Noguera, Socia de McKinsey.
Cambiar de función y ampliar habilidades, claves para ascender profesionalmente
La investigación, llevada a cabo mediante analítica de big data, se centra en el análisis de la vida laboral de más de 4 millones de perfiles profesionales con el propósito de obtener una visión detallada de su trayectoria laboral, además de cómo el conjunto de habilidades adquiridas a lo largo del tiempo incidió directamente en sus ingresos a largo plazo. En esta línea, otra de las conclusiones alcanzadas indica que la clave para ascender profesionalmente es cambiar de función con frecuencia y hacer movimientos que amplíen las habilidades profesionales de manera más rápida a través de la experiencia adquirida en cada movimiento.
La media de la distancia de competencias requeridas al cambiar de una función a otra es del 25% o más. Esto implica que muchas personas tienen capacidades latentes y el potencial de aprender habilidades adicionales. Los movimientos audaces implican que los empleadores contraten a personas con habilidades menos probadas y que los trabajadores busquen oportunidades que representen un esfuerzo para poder crecer significativamente. El valor de un profesional se verá potenciado gracias a estos cambios en su entorno laboral, de manera que le permitan adquirir nuevas habilidades y conocimientos necesarios para su adaptación.
“Además, el movimiento suele ser rentable”, añade Amaia Noguera. “Teniendo en cuenta que según la muestra una persona media cambia de trabajo cada dos o cuatro años, el informe revela que, en el caso de los traslados en los que existe un aumento de la remuneración, el salario mejora entre un 30% y un 45%. Por ello, el movimiento es fundamental para aumentar los ingresos a lo largo de la vida, y, sobre todo, para las personas que empiezan en puestos menos remunerados”.
Resulta evidente que la movilidad se ha instaurado en el mercado laboral actual, sin embargo, el 80% de estos cambios de trabajo implican que los profesionales busquen nuevos empleadores para poder obtener las oportunidades de aprendizaje y crecimiento que buscan. Este dato no debería evitar que las empresas inviertan en sus trabajadores, por miedo a perderlos, más bien, representa una gran oportunidad para que las empresas se adapten al cambio y a la movilidad, ayudando a sus profesionales a aprender y crecer en el trabajo. Las empresas deben aspirar a transformarse en grandes organizaciones de aprendizaje y, como resultado, podrán convertirse en empresas atractivas para el mejor talento y ser reconocidas como empleadores de elección.
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