El denominado trabajo líquido está a la orden del día en el mundo empresarial. Los principios activos de esta modalidad laboral son la digitalización, la movilidad y la adaptabilidad horaria.
Una encuesta elaborada por LinkedIN confirma la tendencia. Actualmente, 7 de cada 10 trabajadores ya reclaman a sus empresas tener mayor movilidad geográfica, esto es, poder trabajar en varias ubicaciones en función de sus necesidades. Así, un 73% de los empleados afirma que le gustaría tener un horario más flexible y adaptado a sus necesidades.
Este tipo de trabajo, además, da respuesta a las demandas de los empleados que trabajan en entornos tecnológicos. Los empleados de estos sectores abogan por que las empresas permitan a sus plantillas más flexibilidad y un desarrollo del talento individual, lo que también repercutiría en la productividad.
Según expertos de Lexington, esto “supone el grado más alto de libertad y autonomía tanto para las compañías como para los trabajadores. Con esta realidad líquida, las empresas pueden adaptar las tareas, objetivos y recursos humanos a las necesidades concretas de los proyectos puestos en marcha en cada momento”.
A su vez, los expertos argumentan con a través de esta modalidad laboral, los empleados adquieren un papel mucho más activo en las organizaciones. “Dejan atrás las ataduras a un determinado puesto o cargo, y son capaces de ir adquiriendo nuevos roles, desarrollando por tanto diferentes habilidades que les permitirán descubrir nuevos horizontes y proyectos”, aseguran.
Para ello, es importante que las empresas dispongan de espacios de trabajo flexibles. Las oficinas híbridas, por ejemplo, facilitarían la transición hacia esta nueva fórmula organizacional y permitirían a los trabajadores compaginar teletrabajo y trabajo presencial a través de la rotación de equipos.
“Los espacios flexibles se transforman al mismo tiempo que lo hacen los negocios y es por eso que son capaces de absorber las tendencias de trabajo más punteras. El trabajo líquido y los espacios de trabajo flexibles son la combinación perfecta para abordar los desafíos del presente y del futuro”, añaden desde Lexington, que consideran que con esta modalidad laboral se suprimen los horarios rígidos, las jerarquías y el modelo de oficina convencional.
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