Las empresas del Ibex 35 siguen avanzando en la cantidad y la calidad de sus estados de información no financiera (EINF), así como en la mejora de los mecanismos de supervisión del Consejo de Administración. Así, en tres años, la divulgación de información relativa a riesgos no financieros ha pasado del 20% en 2017 al 94% en 2019. Así se desprende del III Estudio comparativo sobre los Estados de Información no Financiera (EINF), elaborado por EY, por tercer año consecutivo, y que se ha convertido en el informe de referencia en materia de reportes de sostenibilidad.
Para Alberto Castilla, Socio responsable del área de Sostenibilidad de EY, “la entrada en vigor de la Ley 11/ 2018, junto con las nuevas demandas del mercado financiero, ha contribuido a la evolución de la información no financiera de las empresas del IBEX 35 con un doble efecto. Por una parte, han aumentado los instrumentos de los Consejos de Administración para controlar y supervisar su responsabilidad en materia de información no financiera y sostenibilidad. Por otra, se ha incrementado la calidad y cantidad de la información sobre sostenibilidad en sentido amplio (aquella que se refiere a la forma en las compañías gestionan las cuestiones ambientales, las cuestiones sociales y relativas al personal, los derechos humanos, la lucha contra la corrupción y el soborno, y las cuestiones sociales)”.
El informe aborda la información no financiera en las empresas del Ibex de acuerdo a tres bloques: el papel del Consejo de Administración; los resultados obtenidos en los cinco ámbitos de la información no financiera y, por último, los avances registrados en la gestión de la sostenibilidad a través de la comparativa de los resultados de 2019 con los datos de 2018.
Bloque I: El rol del Consejo
Pese a este avance registrado, aún existe un margen amplio de mejora en la incorporación de la sostenibilidad en la estrategia de negocio de las compañías ya que sólo el 60% de las empresas de este índice tuvo en cuenta las cuestiones no financieras en la definición de sus objetivos empresariales, un porcentaje que ha crecido cinco puntos con respecto al año anterior.
En relación a los riesgos, sólo el 19% del Ibex 35 incluye de forma explícita un marco específico de gestión de los riesgos no financieros o ESG. Si se analiza por tipología, los asociados al cambio climático y a los aspectos medioambientales representan el 77% y 74%, respectivamente. Sin embargo, las amenazas relacionadas con los aspectos tecnológicos, de salud y seguridad y los relativos al respeto a los derechos humanos se identificaron con un porcentaje notablemente inferior en las compañías: entre el 45% y el 32%. En este sentido, Castilla vaticina que “el impacto de la pandemia de la COVID-19 contribuirá a que éstos últimos ganen presencia en el radar de los consejos de administración”.
Bloque II: Los cinco ámbitos de la información no financiera
Respecto a la forma de reportar la información ESG, el estudio de EY observa avances con respecto a los ejercicios de 2017 y 2018, destacando la construcción de marcos de sostenibilidad más robustos y la disponibilidad y profundidad de ciertos indicadores, así como en lo relativo a las formas de reporte y cálculo. El progreso más notable se observa en lo relacionado al análisis y a la divulgación de la información relativa a la materialidad o en la verificación de la información.
En cuestiones medioambientales resulta positivo que las empresas analizadas han aumentado en un 43% su uso de energías renovables y que el 78% haya establecido medidas para mitigar o adaptarse al cambio climático.
En materia de impacto social y de talento, el 66% reporta su brecha salarial de varias formas (global, por edad, categoría o país, entre otras) y es reseñable que las compañías estudiadas han mejorado el gap en un 10%. Además, el 78% cuenta con medidas para facilitar la desconexión laboral, aunque sólo el 53% detalle los procedimientos adoptados.
En el apartado sobre el respeto a los derechos humanos, destaca que el 75% de las compañías analizadas cuenta con procedimientos de debida diligencia en este ámbito y que el 97% describe medidas para la prevención y gestión de riesgos relativos a los derechos humanos en su cadena de suministro.
En cuanto a la información sobre la lucha contra la corrupción y el soborno, todas las empresas estudiadas cuanta con medidas destinadas a tal efecto y el 75% las detallan
Las empresas del Ibex muestran también un creciente compromiso con la sociedad y la creación de valor a plazo. El 84% de las analizadas reportan su contribución sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en concreto, el 75% indican una mayor contribución a los ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico) y a los ODS 13 (Acción por el clima). Además, solo el 56% de la muestra describen los riesgos asociados a la cadena de suministro.
El informe destaca que las principales debilidades que resultan del análisis del reporting no financiero del Ibex 35 en 2019 se centran en cuestiones relacionadas con la supervisión y el control de la información no financiera. Se observa un escaso crecimiento en la manera de vincular las políticas y los resultados de las mismas, así como en los cuadros de mando o el nivel de madurez de la integración de los asuntos no financieros en la estrategia y en los sistemas de gestión de riesgos.
Bloque III: Avances en la gestión de la sostenibilidad
Del análisis realizado, las principales mejoras que se han obtenido en el reporting del Ibex 35 se refieren a aspectos como las energías renovables, las emisiones de alcance 1 y 2, los contenidos sobre diversidad y discapacidad, el compromiso social y las acciones asociadas o la información sobre sistemas de supervisión y auditoría de proveedores (ver anexo 1 para más información).
Más allá de las áreas de mejora tanto en la gestión de asuntos de sostenibilidad como en su reporting, Alberto Andreu, Senior Advisor de EY, explica que “de cara al ejercicio 2020 las empresas se enfrentan a un triple desafío. En primer lugar, la ampliación de la Ley 11/2018 a empresas con más de 250 trabajadores que deberán elaborar un EINF por primera vez. En segundo, la inclusión de aspectos relacionados con el impacto de la Covid-19 en asuntos no financieros y, finalmente, la proliferación de nuevos estándares y regulación en la materia que alimentan el universo de temas que cubre la Ley”.
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