El COVID-19 va a cambiar definitivamente muchos de nuestros hábitos, tanto en la forma de vivir como en la forma de trabajar. Con el paso del tiempo y la irrupción de las nuevas tecnologías en el mundo laboral, el concepto de oficina tradicional ha ido experimentando cambios constantes hasta evolucionar en lo que hoy se conoce como espacios de trabajo flexibles. Ahora, más que nunca, debido a la situación provocada por el coronavirus, este modelo de entornos de trabajo podría convertirse en un gran aliado para las empresas.
Desde Lexington, operador de espacios flexibles en España con varias localizaciones tanto en Madrid como en Barcelona, comparten su visión sobre las fortalezas del sector frente a esta crisis sanitaria:
Condiciones flexibles y planes de contingencia
El modelo de oficinas flex está permitiendo atender los planes de contingencia que actualmente las empresas necesitan poner en marcha, ya sea a través de la contratación de oficinas temporales por semanas o meses o el alquiler de despachos para disponer de espacios diferenciados donde dividir a sus equipos de trabajo. Una vez finalice el Estado de Alarma, las compañías podrán encontrar en el flex fórmulas que se adapten en rapidez, ahorro y flexibilidad a su nueva situación. Las empresas seguirán buscando el crecimiento, pero minimizando el riesgo; seguirán apostando por los entornos laborales más inspiradores para sus equipos, pero alejándose de largas contrataciones y considerando aquellas soluciones que les permitan medir el impacto tanto a largo como a corto plazo.
Teletrabajo vs productividad
Se prevé que el teletrabajo crezca, pero esta metodología puede tener algunos inconvenientes relacionados con cierta reducción de la productividad en determinadas circunstancias. Por este motivo y por la importancia del contacto humano o presencial entre los equipos, aunque se incrementen las horas de teletrabajo, muchas compañías podrían decantarse por un espacio de coworking o un espacio flexible.
Por su parte, los espacios flexibles también tendrán que adaptarse a las necesidades del momento, manteniendo una mayor distancia entre los puestos de trabajo, cuidando especialmente las medidas de limpieza y desinfección y, sobre todo, tendiendo a darle una mayor importancia a la configuración de espacios de trabajo privados.
Según Lexington, el modelo de oficinas flex permitirá también afianzar el sistema de hotdesking. De esta manera, una compañía de 40 empleados, podrá, por ejemplo, disponer de un espacio con capacidad para 25 y que, a través de la rotación en la asistencia a la oficina de los equipos, se logre equilibrar la balanza entre teletrabajo y asistencia presencial.
Comunidad
Las comunidades online, presentes cada vez más en el ámbito de los espacios flexibles, hacen que, en estos momentos de confinamiento necesario, la vinculación entre el espacio de trabajo físico y los usuarios que teletrabajan sea totalmente posible.
Además, contando que esta crisis sanitaria va a traer consigo que el mercado laboral sufra cambios significativos en la manera de establecer el trabajo de los empleados, las comunidades online se consolidan como ese vínculo imprescindible de conexión, que favorece tanto el sentido de permanencia como el apoyo mutuo.
En definitiva, y según las palabras del CEO de Lexington, David Vega “apostaremos por ser una solución que contribuya a reducir el impacto económico de esta crisis, aportando propuestas flexibles y posibilitando el alquiler de oficinas en Madrid y Barcelona con garantías para el bienestar y productividad de los equipos”.
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